La Nación / GDA
Una bebida probiótica y antiinflamatoria, reconocida por sus numerosos beneficios para la salud intestinal y general, que también juega un papel crucial en el mantenimiento de la salud urinaria. Si buscás una manera natural y efectiva de prevenir infecciones urinarias, la kombucha es una opción accesible y que puede prepararse en casa.

La kombucha es una bebida que se elabora a partir de té endulzado, fermentado con una colonia simbiótica de bacterias y levaduras conocida como SCOBY.

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Durante el proceso de fermentación, se desarrollan probióticos, ácido acético, ácido glucónico, ácido láctico y pequeñas cantidades de etanol, junto con vitaminas del grupo B y vitamina C. Estos componentes no solo mejoran la digestión y el sistema inmunitario, sino que también pueden ayudar a prevenir infecciones urinarias.

Los probióticos presentes en la kombucha ayudan a mantener un equilibrio saludable de la flora intestinal, lo que tiene un efecto positivo en todo el cuerpo, incluyendo el tracto urinario. Un equilibrio adecuado de bacterias saludables puede impedir el crecimiento de bacterias patógenas que causan infecciones urinarias.

Además, los probióticos fortalecen la función inmunitaria, aumentando la capacidad del cuerpo para combatir infecciones.

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Alejandra Carretero Krug, profesora de Nutrición de la Universidad CEU San Pablo, menciona que la kombucha posee un elevado potencial antiinflamatorio y antioxidante, puede reducir los niveles de colesterol y la presión sanguínea, y mejorar las funciones hepáticas y gastrointestinales.

Estos beneficios adicionales hacen que la kombucha sea una bebida ideal para incorporar a tu dieta diaria, no solo por su capacidad de prevenir infecciones urinarias, sino también por su impacto positivo en la salud general.

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Preparar kombucha en casa es sencillo y solo requiere unos pocos ingredientes:

• Herví 1 litro de agua y agregá 2-3 cucharadas de té negro o verde.
• Añadí 100 gramos de azúcar y dejá enfriar la mezcla.
• Colocá el preparado en un frasco de vidrio y agregá un SCOBY.
• Cubrí el frasco con un paño limpio y dejalo fermentar entre 10 y 21 días.
• Al cabo de este tiempo, tendrás una kombucha casera lista para disfrutar.