Paola Pacheco*
La exposición Ultra Violeta crónica, así como daña nuestra piel, puede producir lesiones en nuestros ojos. Una de las lesiones más frecuentes que vemos en consulta oftalmológica son el pterigion y la pinguecula (de menor tamaño y no invade la córnea).
El pterigion es una lesión superficial benigna sobreelevada que se visualiza en la parte externa de nuestros ojos, sobre todo del lado nasal, y que se extiende sobre la córnea (cúpula transparente anterior del ojo). Compromete la córnea y la conjuntiva, sobre todo del lado nasal. Puede ser uni o bilateral e incluso afectar el lado temporal (lado opuesto a la nariz). Su evolución puede variar, desde una lesión pequeña hasta crecer de forma agresiva llegando a comprometer el eje visual y por lo tanto nuestra visión.
Los factores de riesgo para desarrollar un pterigion son:
—Exposición UV, incluye climas tropicales y subtropicales.
—Personas que trabajan al aire libre (pescadores, trabajadores de la construcción, jardineros, personas que trabajan el campo, etcétera).
—Predisposición genética, lo cual parece aumentar el riesgo en algunas familias.
Se constata que los casos de pterigion ocurren dos veces más en hombres que en mujeres. Esto puede suceder porque ellos ocupan más cargos de trabajo a la intemperie que las mujeres, y es más frecuente en pacientes mayores a 40 años.
Cuidados en caso de pterigion.
Quienes tienen pterigion deben reducir la exposición UV mientras sea posible. Usar lentes con filtro UV 100%, gorros con visera y evitar la exposición solar en forma directa.
¿Qué síntomas tienen? Pueden ser totalmente asintomáticos o presentar un ojo rojo significativo, irritación o incluso visión borrosa. En algunos casos, si existe compromiso de los músculos extraoculares, pueden tener visión doble o diplopía.
¿Cuáles son sus diagnósticos diferenciales? Las quemaduras químicas, térmicas, o los traumatismos pueden dar lesiones similares. Las neoplasias de superficie ocular como los carcinomas in situ o escamosos también deben ser considerados.
![Oftalmólogo visión](https://imgs.elpais.com.uy/dims4/default/b2b7ff7/2147483647/strip/true/crop/4961x3307+0+0/resize/1440x960!/quality/90/?url=https%3A%2F%2Fel-pais-uruguay-production-web.s3.us-east-1.amazonaws.com%2Fbrightspot%2F4c%2F38%2Fed52b16f4dbdb96860c204613f52%2Foftalmologo-paciente-femenino-examen-clinica-moderna-oftalmologo-utilizando-equipo-medico-especial-salud-ocular.jpg)
Estudios y tratamientos.
Si bien el diagnostico del pterigion es clínico, la topografia corneal o Pentacam (mapas de elevación de la córnea) pueden ayudarnos para determinar el grado de astigmatismo que induce. Ademas, la Fotografía de Segmento Anterior puede asistir al oftalmólogo para determinar su progresión.
Ante un diagnóstico de pterigion, puede optarse por tratamientos médicos o quirúrgicos. Los pacientes pueden ser observados mientras la lesión no comprometa el centro de la cornea, no cause síntomas significativos ni sea un problema cosmético.
En éstos casos se recomienda consulta con oftalmólogo para descartar los diagnósticos diferenciales y sacar la fotografía para su seguimiento. El tratamiento médico se basa en la lubricación de los ojos con lágrimas artificiales de preferencia sin conservantes y la prevención de la exposición a los rayos UV.
En un tratamiento quirúrgico, la cirugía del pterigion se indica en los casos en que produce molestias, aumenta de tamaño (ocupando la zona pupilar), provoca un astigmatismo o compromete la visión. Si el pterigion no invade el eje visual, las posibilidades quirúrgicas de éxito inmediato son muy elevadas.
La técnica más efectiva es la resección de la lesión y el autoinjerto de conjuntiva y o limbo (colocación de un injerto de la conjuntiva del propio paciente para cubrir el defecto) en lugar de dejar la esclera desnuda. La cirugía se realiza en block quirúrgico, bajo anestesia local con sedación. Durante el procedimiento el paciente permanece acostado mirando una luz brillante (la del microscopio) y no sentirá dolor.
El cirujano extirpará la lesión y colocará una pequeña porción de tejido (conjuntiva) del propio paciente para cubrir el defecto. Este autoinjerto será suturado o adherido con pegamentos biológicos. En este último caso no se requiere la extracción de las suturas en el postoperatorio.
Al finalizar la cirugía se coloca un parche protector por 24 horas. Durante las semanas siguientes se prescriben gotas antinflamatorias y antibióticas durante de un mes y podrá retomar la mayoría de sus actividades en forma temprana.
Como todo procedimiento quirúrgico no está exento de complicaciones. Si bien son poco frecuentes, hay casos de infecciones en un 0.05%; pérdida de transparencia en la zona intervenida (leucoma); adelgazamiento de la cornea o esclera; granuloma y recidiva (hasta en un 10 % de los casos). Ésta complicación aumenta según la técnica quirúrgica utilizada para la resección y en caso de reintervenciones.
*Médica Cirujana Oftalmóloga. Especialista en superficie ocular, catarata, córnea y cirugía refractiva. Presidente de la Sociedad Uruguaya de Catarata, Cirugía Refractiva y Córnea (SUCRYC).