La fuerza de agarre: un indicador clave del envejecimiento y la salud en general

Redacción El País
Numerosas investigaciones respaldan que la fuerza de agarre no solo refleja la capacidad muscular de las manos, sino que es un marcador relevante de la salud general y de la fuerza corporal global. Una mayor fuerza de agarre se asocia con un mejor funcionamiento de los brazos, mayor densidad ósea y menor riesgo de fracturas, caídas, desnutrición, deterioro cognitivo, depresión, trastornos del sueño, diabetes y otras enfermedades crónicas.

Una manera de medir la fuerza de agarre si se es hombre es, por ejemplo, mantenerse colgado durante 2 minutos, mientras que para las mujeres el objetivo sería 90 segundos (en un rango de edad de 40 a 50 años). Además, en ese mismo rango de edad, otro indicador clave es cargar la mitad del peso corporal en cada mano y caminar durante 1 minuto. Por ejemplo, una persona que pese 90 kilos debería poder llevar 45 kilos en cada mano. En el caso de las mujeres, la referencia es transportar el 75% de su peso corporal distribuido entre ambas manos.

Estos ejercicios no solo evalúan la fuerza de la parte superior del cuerpo, sino también la coordinación, el equilibrio y el control corporal.

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Un estudio publicado en PubMed, titulado "Handgrip strength and all-cause dementia incidence and mortality" y basado en datos del UK Biobank, analizó la asociación entre la fuerza de agarre y el riesgo de demencia. Tras un seguimiento de más de 9 años, los resultados mostraron que las personas con menor fuerza de agarre tenían un 72% más de riesgo de desarrollar demencia y un 87% más de probabilidades de morir por esta causa, en comparación con quienes tenían mayor fuerza.

Estos hallazgos refuerzan la idea de que la fuerza de agarre no solo es un indicador de capacidad física, sino también de salud cerebral y longevidad.