Por Tatiana Scherz Brener
La idea de someterse a una intervención quirúrgica es, de por sí, intimidante. Para un niño, mucho más. Quizá por eso, es importante que su estadía en el hospital sea lo más amena posible. En este sentido es que trabaja la Fundación Niños sin Dolor. Procura que la atención vaya más allá de lo médico, reduciendo la ansiedad y los nervios que generan los procedimientos en los niños. Ahora, la Fundación da un paso más hacia la excelencia con la adquisicón de un ecógrafo.
Uno de los objetivos de la fundación es convertir al Pereira Rossell en un Centro de Anestesia Pediátrica altamente especializado y certificado, reconocido en Uruguay y la región por su capacidad de dar soporte a procedimientos más complejos. “Esto es posible mediante la adquisición de equipos de última generación, más la formación del personal que se desarrolla en el área”, afirmó Diego Acevedo, su gerente general.
“Para lograr una atención anestésica de excelencia se necesita equipamiento y tecnología que esté a la vanguardia”, remarcó Acevedo. El ecógrafo que llegará en los próximos días está valuado en unos US$ 40.000 y permitirá hacer técnicas mucho más precisas y bloqueos regionales, así como mejorar el control del dolor postoperatorio, indicó.
La doctora Gabriela López, jefa del Servicio de Dolor del hospital, aseguró que aliviar el dolor “es un derecho del niño y del adolescente”. El dolor prolonga la estadía hospitalaria porque afecta el humor del niño o niña y sus ganas de comer, dormir e interactuar, dijo.
Si bien la fundación trabaja en el Pereira Rossell, colabora con la atención médica que se brinda a todos los niños en lo nacional. “Esto es así porque el Hospital Pediátrico cumple un rol fundamental en la formación del total de los profesionales. Acá se forman los anestesistas pediátricos luego irán al resto del país”, expuso Acevedo.
En el Hospital Pediátrico del Centro Hospitalario Pereira Rossell se realizan, en promedio, 3.500 intervenciones quirúrgicas al año, unas diez diarias. Niños sin Dolor, como parte del Departamento de Anestesia Pediátrica del hospital, procura una buena atención médica, con la adquisición de tecnología de punta y la capacitación de profesionales.
La cirugía intrauterina es uno de los procedimientos complejos que se realizan en el hospital. Esta operación requiere anestesiar a la madre y al feto de forma simultánea, por lo que “es un hito para el país que pueda realizarse en el Hospital Pediátrico”, señaló el gerente de la fundación. Aliviar el dolor en la etapa fetal es fundamental: “Un dolor mal manejado puede provocar problemas en el desarrollo neuronal, motriz, digestivo, respiratorio o inmunitario”, resaltó.
Pero el trabajo del anestesista no se limita a lo que sucede durante la cirugía. Debe encargarse de la planificación anestésica antes de la intervención, en tanto no todos los cuerpos reaccionan de la misma manera frente a los diferentes tipos de anestesia. También está presente en el post operatorio para monitorear y calmar los síntomas de dolor.
Cómo ayudar.
Niños sin Dolor invita a personas y empresas a vincularse con el trabajo que realizan. Quienes estén interesados pueden asociarse a través de una donación mensual: la línea 0908 8431 invita a donar $ 140 por mes y el número 0908 8432 $ 200 por mes. Además, pueden realizarse donaciones puntuales mandando un mensaje de texto con la palabra ‘Niños’ al 12220 (por cada mensaje enviado se colabora con $ 10). También puede ayudarse a través de transferencias bancarias, depósitos en Abitab o pagos online con Mercado Pago. Por más información: www.ninossindolor.org.uy/colaborar/.
En tanto, las empresas pueden colaborar a través de donaciones o voluntariado corporativo. Según contó Acevedo, este voluntariado puede incluir la clasificación y el reparto de regalos en fechas especiales como el Día de la Niñez o Navidad, así como el acondicionamiento de ciertos espacios del hospital con motivos pediátricos. “Ningún niño debería estar en el hospital, pero, si tiene que estar, intentamos que sea el mejor lugar posible”, expresó.
Niños sin Dolor canaliza la llegada de los regalos, no solo para las fechas especiales, sino también para los que obsequian en cada cirugía. “Hay una tradición en el block quirúrgico que es entregar a cada niño un juguete nuevo para aliviar el estrés y los nervios”, comentó Acevedo.
La fundación no solo se encarga de mejorar los cuidados en cuanto al dolor físico, sino también el emocional: “Nos dedicamos al acompañamiento psicoemocional de los niños y niñas que pasarán por un momento muy difícil como lo es superar un problema de salud”, remarcó.