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Más de la mitad de los hombres mayores de 40 años experimentarán algún tipo de problema eréctil, y su prevalencia aumenta con la edad (aunque hombres en sus 20 y 30 años también pueden verse afectados). Esta condición puede tener un impacto devastador en el bienestar de un hombre. Sin embargo, un número sorprendente de ellos no busca ayuda. Una encuesta de la industria indica que solo el 51% de los hombres con disfunción eréctil han hablado del problema con su médico, y aún menos lo han discutido con sus propias parejas.
"No hay ninguna condición médica que conozca que afecte más la vida de los hombres", según el urólogo Mohit Khera, presidente de la Sociedad de Medicina Sexual de América del Norte.
Pero existen tratamientos efectivos, agregó, más allá de los medicamentos conocidos como el Viagra. Estos tratamientos incluyen bombas de vacío, inyecciones, implantes, cambios en el estilo de vida, terapia de reemplazo de testosterona y terapia sexual. Con una combinación de estos tratamientos, según los expertos, casi siempre es posible mejorar las erecciones, incluso en los casos más graves.
Sin embargo, antes de recurrir a cualquier pastilla o bomba (o a los "suplementos naturales" masculinos), los hombres deberían realizarse un examen médico para entender las causas de la disfunción, que podrían señalar un problema de salud más serio. "El pene puede verse como un termómetro de la salud general de la persona", dice la uróloga Rachel Rubin, especialista en medicina sexual, en Maryland.
Por qué fallan las erecciones
Cuando los hombres están excitados, el cerebro libera sustancias químicas que hacen que los músculos se relajen y permitan el flujo de sangre al pene, causando la erección. Muchos factores pueden interrumpir este proceso. Las arterias obstruidas y la presión arterial alta pueden reducir la circulación sanguínea; enfermedades como la esclerosis múltiple y el Parkinson pueden afectar las vías neurológicas; y traumas pélvicos resultantes de cirugías, radioterapia o lesiones pueden dañar los tejidos del pene.
La frecuencia y la gravedad de la disfunción eréctil pueden variar ampliamente. Algunos hombres enfrentan problemas ocasionales, mientras que alrededor del 5% de los hombres mayores de 40 años presentan disfunción eréctil completa. Algunos hombres pueden despertar con erecciones matutinas o lograrlas durante la masturbación, pero tienen dificultad para mantenerlas durante el sexo penetrativo.
Encontrando el plan de tratamiento adecuado
Lo primero que se debe considerar es modificar el estilo de vida. La obesidad, el tabaquismo, el consumo de alcohol y drogas recreativas son factores conocidos que contribuyen a la disfunción eréctil. Khera explica que una dieta saludable y el ejercicio regular pueden, en ocasiones, mejorar la calidad de las erecciones sin necesidad de otras intervenciones.
También es importante examinar posibles causas psicológicas, como el estrés o la depresión, especialmente en hombres jóvenes. Según un estudio, la disfunción "psicogénica" representó más del 85% de los casos en hombres menores de 40 años.
Medicamentos orales
Actualmente, existen cuatro medicamentos para tratar la disfunción eréctil: sildenafilo (Viagra), tadalafilo (Cialis), vardenafilo (Levitra) y avanafilo (Stendra). Todos funcionan relajando los músculos y dilatando los vasos sanguíneos, permitiendo un mayor flujo de sangre. Aunque son altamente efectivos, estos medicamentos no funcionan en aproximadamente un tercio de los pacientes, especialmente en los casos más graves.
El Viagra funciona mejor con el estómago vacío y tiene una duración de tres a cuatro horas, mientras que el Cialis se toma con alimentos y permanece activo en el sistema hasta por 36 horas. Dosis más bajas de Cialis también pueden ser recetadas para uso diario.
Dispositivos de vacío
Los dispositivos de vacío peniano —también conocidos como bombas penianas— son una opción sorprendentemente efectiva y no invasiva, especialmente para hombres que no obtienen resultados con los medicamentos orales. Estos dispositivos aumentan el flujo sanguíneo al pene, logrando y manteniendo una erección mediante un anillo de constricción colocado en la base del pene y el escroto. Aunque efectivos, algunos pacientes consideran que estas bombas son incómodas debido al "drama" que implican cada vez que desean tener relaciones sexuales.
Inyecciones
Mezclas de medicamentos conocidas como bimix y trimix también inducen erecciones al mejorar el flujo sanguíneo. Estas se administran en casa tras la orientación inicial de un médico. Los pacientes deben inyectarlas directamente en el pene de 5 a 20 minutos antes del acto sexual. Las inyecciones han sido utilizadas de manera segura y efectiva desde la década de 1980. A diferencia de los medicamentos orales, estas inyecciones producen erecciones sin necesidad de excitación previa.
Terapia de reemplazo de testosterona
Niveles bajos de testosterona pueden disminuir el deseo sexual y provocar erecciones débiles, aunque rara vez son la única causa de la disfunción eréctil. Con el tiempo, la deficiencia hormonal puede atrofiar los tejidos del pene, dificultando aún más las erecciones. La terapia de reemplazo de testosterona trata fácilmente esta condición y puede aumentar la efectividad de los medicamentos orales. Sin embargo, es esencial trabajar con un médico para monitorear la terapia.
Implantes penianos
Los implantes penianos, disponibles desde los años 70, son una opción eficaz para quienes no responden a otros tratamientos. Aunque requieren cirugía, tienen una tasa de satisfacción del 93%, probablemente porque permiten erecciones bajo demanda.
Estos implantes consisten en cilindros inflables insertados en el pene, conectados a un reservorio de agua implantado en la pared abdominal. Un dispositivo de bomba en el escroto llena el pene con líquido, y una válvula lo devuelve al estado flácido.
Abordando la salud subyacente y la psicología
Si los hombres no buscan ayuda por su disfunción eréctil, deberían hacerlo por su salud general. Las enfermedades cardíacas son una causa común de disfunción eréctil y, a menudo, esta condición es un indicador temprano de problemas graves como diabetes o hipertensión.
La disfunción eréctil también puede tener un componente psicológico, relacionado con ansiedad, depresión, estrés o problemas de pareja. La terapia sexual puede abordar estos factores y suele ser más efectiva combinada con medicamentos.