Redacción El País
Las varices —venas que se dilatan hasta volverse visibles e incluso palpables— pueden afectar a 7 de cada 10 personas, según indica la Universidad de Barcelona en su sitio Portal Clinic. A menudo, son inofensivas, pero pueden causar molestias, dolor y, en ciertos casos, complicaciones médicas.

Si bien el factor genético es importante, pueden prevenirse con un estilo de vida saludable; en particular haciendo ejercicio y evitando el sedentarismo y la obesidad. Además, hay una vitamina que se destaca como la más eficaz para prevenir las varices: la vitamina C.

La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es importante para la salud de la piel y del sistema circulatorio. Ayuda a fortalecer las paredes de los vasos sanguíneos, un aspecto clave para prevenir la formación de varices.

Esta vitamina actúa como un poderoso antioxidante que combate los radicales libres, lo que ayuda a disminuir la inflamación y mejorar la circulación sanguínea. Además, al aumentar la producción de óxido nítrico, sustancia que relaja los vasos sanguíneos, facilita el flujo sanguíneo.

La vitamina C también es importante para la producción de colágeno, una proteína que forma parte de las paredes de los vasos sanguíneos. Esto mejora la resistencia de las venas y evita que se ensanchen o debiliten con el tiempo.

La vitamina C puede obtenerse de varias maneras:

Dieta equilibrada: la fuente más natural de vitamina C es una dieta saludable y equilibrada. Algunos alimentos ricos en vitamina C son naranjas, limones, frutillas y kiwis, así como pimientos, brócoli y espinacas.

Suplementos de vitamina C: si no se obtiene suficiente vitamina C a través de la dieta, pueden tomarse suplementos, pero es importante consultar a un profesional de la salud antes de comenzar su ingesta.

Crema de vitamina C: la vitamina C puede aplicarse directamente sobre la piel en forma de cremas o sueros, sobre todo para tratar las varices existentes.

Aunque la vitamina C es una buena herramienta para prevenir y tratar las varices, no basta solo con eso. Es importante llevar un estilo de vida saludable, lo que incluye mantener un peso adecuado, evitar el sedentarismo, hacer ejercicio regularmente y elevar las piernas para facilitar el retorno venoso.