La medicina natural está ocupando un lugar cada vez más protagónico en nuestra vida diaria, y las plantas de uso medicinal son una parte importante de ese mundo. Una de ellas, quizás la más conocida, es el Aloe Vera.

El Aloe Vera o Aloe Barbadensis Miller es originario de África y el descubrimiento de sus poderes sanadores se remonta a miles de años atrás. De hecho, la palabra aloe deriva del árabe alloeh, que significa “sustancia amarga brillante”, y vera, que significa "verdad".

La civilización egipcia la apodó como “la planta de la inmortalidad” ya que la utilizaban para sanar cicatrices y mejorar la condición de la piel, logrando un aspecto más joven. Prueba de esto es la descripción que figura en el Papiro de Ebers (1500 a.C.) -uno de los más antiguos tratados médicos conocidos- sobre el jugo de Aloe vera y sus efectos para tratar quemaduras, cicatrizar heridas y aliviar de dolores.

Otro suceso histórico relacionado con esta planta es la llegada de Cristóbal Colón a América. Según cuenta el mito, los barcos en los que venía la tripulación española venían cargados de plantas con aloe para curarlos en caso de que se lastimaran o sufrieran heridas graves. Asimismo, para ese entonces en España ya existían extensas plantaciones de “la planta de la inmortalidad”, que probablemente llegaron al país europeo con la invasión musulmana.

Fue recién en la década de los 70′ que un farmacéutico llamado Bill Coats consiguió apartar la aloína de la corteza y estabilizar el gel extraído de la hoja, luego le añadió vitamina C, vitamina E y sorbitol y comenzó a popularizar su invento para mejorar la calidad de vida de millones de personas alrededor del mundo.

“He escrito siete libros sobre los beneficios de esta planta y ha sido el trabajo de mi vida traer todo el poder del aloe vera para ayudar a personas en todo el mundo”, dice Coats en el sitio de su empresa, Whole Leaf Aloe.

Hay muchas maneras de obtener los beneficios de esta planta milagrosa. Algunos optan por cultivarla en sus jardines o terrazas ya que puede crecer en climas cálidos y secos que tengan temperaturas de entre los 20 y 40 grados. Otros prefieren consumirla a través de suplementos vitamínicos o jugos naturales, y hay quienes optan por comer directamente su interior gelatinoso. También, algunos prefieren comprar productos dermocosméticos para aprovechar sus poderes en la piel.

Según un estudio titulado Aloe Vera: A Short Review, esta planta presenta una amplia variedad de beneficios ya que contiene 75 componentes potencialmente activos, entre ellos: vitaminas, enzimas, minerales, azúcares, lignina, saponinas, ácidos salicílicos y aminoácidos. Los investigadores señalaron que sus usos más efectivos son:

1. Propiedades curativas: acelera el proceso de sanación de las heridas de la piel y aumenta la resistencia a la rotura del tejido cicatricial.

2. Acción antiinflamatoria.

3. Anti aging: suaviza la piel, actúa como astringente para cerrar los poros y tiene efecto anti-acné.

4. Protección contra el daño de la radiación en la piel.

5. Laxante natural.

Respecto de su uso cosmético y dermatológico, la médica dermatóloga Clarisa Rodriguez explica que en la actualidad se lo usa mucho en cremas, bálsamo labial o lociones para reparar y regenerar la piel dañada ya que hidrata y tiene efectos antiinflamatorios y descongestivos. En la misma línea, cuenta que es muy frecuente su indicación para tratar patologías como rosácea, acné, quemaduras solares, xerosis (piel seca) y ojeras, entre otros.

“Los profesionales no solemos aconsejar la aplicación directa de la planta ya que es probable que no presente las condiciones de higiene adecuadas”, aclara.

En cuanto a las contraindicaciones de su uso en la piel, la doctora resalta que hay muchos casos de personas alérgicas al aloe vera y otras que presentan reacciones luego de la aplicación del gel directo de la planta.

(Por La Nación GDA)