La realidad virtual, un posible camino para mejor calidad de vida para personas con capacidades disminuidas

Saberes de ingeniería y medicina se unen para mejorar las condiciones de este grupo poblacional.

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Algunas investigaciones con realidad virtual señalan un posible camino para rehabilitación.
Foto: Flickr.

El Tiempo - GDA
El grupo de investigación en salud del Instituto de Investigación Aplicada y Tecnología (Iniat) de la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México lleva desarrollando por más de cinco años proyectos de investigación para mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad, a través de la creación de terapias con realidad virtual y prótesis que se adecúan mejor al cuerpo del paciente.

“La discapacidad se considera la minoría más abundante”, señaló Carlos López, médico investigador del Instituto de Investigación Aplicada y Tecnología (Iniat) de la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México, que se enfoca en el desarrollo tecnológico con un enfoque social que permita mejorar la calidad de vida de la población con alguna discapacidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que 1.300 millones de personas, es decir, una de cada seis personas en todo el mundo, presentan una discapacidad importante, que además, es más difícil de tratar en países de medianos y bajos ingresos, debido a las desigualdades en materia de salud que se reflejan en situaciones injustas a las que se enfrentan esta población específica, como la estigmatización, la discriminación, la pobreza, la exclusión de la educación y el empleo, y las barreras que encuentran en el propio sistema de transporte y de salud.

El experto enfatizó que “Latinoamérica tiene una gran dificultad en relación con personas con discapacidad porque las barreras son las que tienden a ser las limitantes más importantes, y esas barreras están encaminadas, no solamente al entorno, sino también a las actitudes de las personas, a la forma en las que observamos a las personas con discapacidad”.

López planteó que en esta parte del mundo persisten problemas en la creación de legislaciones o normas que permitan integrar a personas con discapacidad, debido a que, “en ocasiones, creemos que con darle una silla de ruedas o brindar una ayuda técnica vamos a solucionar su problemática, y la realidad es que este problema va más allá”.

El cambio comienza a nivel social

El experto sugirió que, para dar un avance en la parte de la inclusión y la participación, esto debe llevar consigo un cambio en el imaginario que tienen las personas en torno a la discapacidad. “Es importante comprender que sin importar la condición de salud, todos los individuos pueden operar en la sociedad”, señaló López.

En países desarrollados de Europa se evidencia que personas con discapacidad participan en varios sectores sociales, académicos y profesionales, pero desde una perspectiva médica con enfoque social, López ha evidenciado que en países con bajos ingresos y sobre todo lugares muy pobres, no presentan garantías para que se pueda dar una mejor calidad de vida a esta población específica.

“Es un hecho que la pobreza y la discapacidad van de la mano: mientras más pobre es un país o localidad, más problemáticas en personas con discapacidad vamos a tener”, enfatizó el experto.

También, otro componente que dificulta establecer las problemáticas en esta población vulnerable son la poca cantidad de datos que se tienen sobre la cantidad de personas que pertenecen a este grupo específico, no obstante, López se refirió a que, “lo que sí es seguro que todo el mundo vamos a presentar alguna discapacidad debido a que una de las principales causas es el envejecimiento”.

La innovación constante

La ingeniería y la medicina, en los últimos años han unido fuerzas para ayudar a pacientes con patrologías serias, o también a personas con distintos padecimientos. Por ejemplo, Iniat tiene una línea de investigación en salud donde se procura trabajar por mejorar las condiciones de salud de personas con alguna discapacidad a través de proyectos de innovación y desarrollo tecnológico.

Adriana Martínez es la ingeniera mecatrónica de la Universidad Nacional Autónoma de México con maestría y doctorado en ingeniería eléctrica, específicamente enfocada a la instrumentación biomédica, que trabaja de la mano con el doctor López en este instituto de investigación mexicano. En ellos se enfocan en pacientes con distintas discapacidades, que pueden presentar alguna amputación o que hayan sufrido eventos cerebrovasculares.

“Un ejemplo de innovación es el uso de la realidad virtual, que es algo que hemos estudiado recientemente y ha ayudado a dar una motivación o impulso a las personas con discapacidad para realizar y seguir con sus terapias de rehabilitación”. Enfatizó Martínez, que además relató que, por ejemplo, la rehabilitación protésica son procesos muy largos que en ciudades extensas como Bogotá o Ciudad de México, pueden sufrir complicaciones debido a la dificultad que se presenta para el traslado a algún centro de salud.

Según la experta, estos problemas en el desplazamiento provocan que el paciente abandone las terapias y que el médico no realice el respectivo seguimiento en la recuperación. “Anhelamos que con la herramienta que estamos diseñando con realidad virtual, se le genere un ambiente propicio a la persona para que pueda entrenarse en el uso de su prótesis y pueda mejorar su calidad de vida”, señaló Torres.

Para pacientes que han sufrido ataques cerebrovasculares, la realidad virtual también incide en generar terapias de rehabilitación lúdicas que permiten que las personas disfruten y generen un apego y motivación a seguir con su proceso de recuperación.

“En el caso de estos pacientes se ha visto que este tipo de estrategias ayudan o favorecen el reacomodo del cerebro, que es a lo que le llamamos plasticidad cerebral, para que se vuelvan a formar nuevas conexiones que ayuden a recuperar el movimiento”, señalaron los investigadores.

Relación con los pacientes

Una parte del proceso está en realizar un proyecto de innovación en salud que cumpla con todos los requerimientos clínicos y éticos, pero otro componente importante es la presentación a los principales beneficiados. 

“En mi experiencia, cuando los pacientes tienen esa confianza de que hay un médico que le está acompañando, y les explica todos los procedimientos, es más probable que acepten una recomendación en torno a mejorar su calidad de vida”, sugirió Martínez, que resaltó la importancia de que, en cada creación de un proyecto de investigación, la presencia de un médico es primordial para que se pueda visibilizar en la aplicación futura a las personas con discapacidad.

También, el doctor López evidenció que todos los proyectos de investigación tienen el propósito de traer un beneficio a los pacientes, y al final ellos son los que deciden su viabilidad. “Por ejemplo, en el proyecto de asientos conformados para mejorar la calidad de vida de personas en silla de ruedas, les tomamos una huella de presión a los pacientes con relación a la forma en que se sienta, se le hace una espuma o un cojín que se lo lleva a su casa para que lo pruebe”.

Los expertos señalaron que no consiste en sacar un provecho económico frente a la creación de estos productos, o prometer resolver el padecimiento de la persona, si no consiste en mejorar la calidad de vida y su participación social de este grupo poblacional.

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