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Aunque se les llama 'lágrimas artificiales', en realidad no son un sustituto de las lágrimas naturales del organismo, sino más bien un complemento para ayudar a humedecer y proteger los ojos.
La falta de lágrimas naturales puede ser causada por diferentes factores, como el uso prolongado de dispositivos electrónicos, el envejecimiento, el uso de lentes de contacto, la contaminación ambiental o ciertas condiciones médicas, como el síndrome del ojo seco.
Es esencial tener en cuenta que la elección de las lágrimas artificiales adecuadas puede variar según las necesidades y afecciones individuales de cada persona. Por lo tanto, se recomienda siempre consultar a un oftalmólogo, quien podrá evaluar la salud ocular y prescribir las gotas artificiales más adecuadas para cada caso. Al hacerlo, se garantiza un tratamiento personalizado y eficaz para aliviar las molestias y mejorar la salud ocular en general.
¿Cuándo se usan las lágrimas artificiales?
Las lágrimas artificiales se utilizan, básicamente, para mantener los ojos húmedos y correctamente hidratados cuando, por diversos factores y circunstancias, una persona no es capaz de producir lágrimas naturales en la cantidad o calidad suficiente.
Los síntomas de falta de humedad en los ojos pueden originarse por diferentes motivos, tales como:
—Sequedad en el ojo.
—El postoperatorio por una operación ocular: cataratas, cirugía refractiva, corrección de presbicia, etc.
—Factores ambientales como el aire acondicionado o climas y ambientes con temperaturas extremas.
—Eliminación de partículas extrañas y evitar lesiones oculares.
—Aliviar el pterigión, limitando el crecimiento anormal del tejido sobre la córnea.
—Mitigar el picor y escozor en casos de alergia ocular.
En situaciones como estas, las lágrimas artificiales se consideran una solución simple pero efectiva para aliviar las molestias asociadas a la sequedad ocular. Expertos indican que son seguras de usar, ya que no tienen efectos secundarios ni contraindicaciones conocidas.
¿Cómo aplicar las lágrimas artificiales?
En términos generales, usarlas es un proceso simple. Sin embargo, siga los siguientes pasos para hacerlo correctamente.
1. Asegúrese de lavar sus manos de manera adecuada antes de comenzar el proceso.
2. Utilizando un dedo de la mano donde no tiene las lágrimas artificiales, suavemente baje el párpado inferior para prepararse para la aplicación.
3. Con la otra mano, presione suavemente el envase de las lágrimas artificiales hasta que caiga la cantidad deseada de gotas.
4. Cierre el ojo y parpadee para distribuir uniformemente las lágrimas sobre toda la superficie ocular.
5. Cierre el envase de las lágrimas y guárdelo en un lugar adecuado, siempre siguiendo las indicaciones del prospecto del producto.
A pesar de sus beneficios, es importante recordar que el uso excesivo de lágrimas artificiales no es siempre la solución óptima.
Si siente que necesita usar gotas con frecuencia, es aconsejable consultar a un oftalmólogo para descartar problemas subyacentes. Además, es crucial elegir productos de calidad y seguir las instrucciones del fabricante y las recomendaciones médicas. En última instancia, las lágrimas artificiales desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de la salud ocular y el alivio de la incomodidad. Sin embargo, cada individuo es único, y lo que funciona para uno puede no ser adecuado para otro. Por lo tanto, siempre es recomendable buscar orientación profesional antes de incorporar cualquier producto nuevo en su rutina de cuidado ocular.
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