Redacción El País
Las flores de pensamiento, también conocidas como Viola tricolor, son plantas ornamentales que han sido valoradas durante siglos por sus propiedades terapéuticas. Además de su atractivo visual, esta especie se ha utilizado en la medicina naturista y tradicional para tratar diversas afecciones, especialmente las relacionadas con la piely el sistema respiratorio.
Un tesoro de la naturaleza con múltiples usos
Son de pequeño porte y flores vibrantes en tonalidades púrpura, azul, amarillo y blanco. Su capacidad para autopolinizarse facilita su expansión, especialmente en suelos ricos en nutrientes y con buena exposición solar.
Pero su valor no radica solo en la jardinería. En la cocina, las flores de pensamiento han sido incorporadas en platos saludables, mientras que en la herbolaria han demostrado ser aliadas en el tratamiento de diversas afecciones.
Beneficios y propiedades medicinales
De acuerdo con estudios botánicos, esta planta cuenta con propiedades que pueden ayudar a tratar distintos problemas de salud:
- Cuidado de la piel: Ayuda en el tratamiento de infecciones cutáneas, acné, eczemas y erupciones inflamatorias.
- Salud urinaria: Contribuye a aliviar trastornos como la cistitis.
- Regulación digestiva: Actúa como un suave laxante y favorece el metabolismo.
- Eliminación de toxinas: Funciona como diurético natural.
- Mejoras en el sistema respiratorio: Su efecto expectorante ayuda a eliminar mucosidad, aliviando resfriados, gripe, tos y bronquitis.
Debido a estas propiedades, se encuentra disponible en distintas presentaciones, como cápsulas, extractos, tinturas y hojas secas para infusiones. Sin embargo, siempre es recomendable consultar a un profesional de la salud antes de su consumo para evitar posibles efectos adversos.

Cuidados y precauciones
Para mantener sus propiedades medicinales, la flor de pensamiento requiere ciertos cuidados. Es fundamental plantarla en suelos bien nutridos, asegurando una humedad adecuada sin encharcamientos. La mejor época para sembrarla es en otoño, momento en el que la tierra ofrece condiciones óptimas para su desarrollo.
Sin embargo, esta planta también está expuesta a plagas y enfermedades. Los pulgones pueden afectar su crecimiento, aunque pueden controlarse con insecticidas caseros. Además, el hongo oídio puede provocarle manchas blancas, en cuyo caso se recomienda eliminar la planta afectada en lugar de tratarla con fungicidas.
Como ocurre con cualquier planta medicinal, un control frecuente es clave para garantizar su buen estado. Cuidar estas especies no solo permite disfrutar de sus beneficios terapéuticos, sino que también nos recuerda la importancia de preservar la biodiversidad y el equilibrio natural de nuestro entorno.
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