"Ser saludable depende de la calidad de alimentación, el ejercicio, el sueño y el poco drama que tengas"

Leonardo Sande, el médico experto en nutrición, asegura que ser saludable no es solo de una cuestión de peso”; creó un método propio y basa su éxito en trabajar con equipos multidisciplinarios.

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Leonardo Sande.
Leonardo Sande.

Es médico internista y se dedica tanto a nutrir pacientes para sacarlos de situaciones de riesgo como a ayudar a quienes desean cambiar de hábitos y alcanzar pesos saludables. Leonardo Sande además divide su tiempo entre la academia y el ejercicio de la vicepresidencia de la Asociación Panamericana de Obesidad.

Con años de experiencia, creó un método propio y basa su éxito en trabajar con equipos multidisciplinarios. Comparte sus conocimientos en la Universidad de Montevideo donde ideó un curso específico para abordar la obesidad. Es generoso con lo que sabe: sus publicaciones están en línea y a disposición de quienes se interesen en un asunto que es causa de morbilidad en todo el mundo.

—¿Cuál es su formación y cómo creó su propio método?

—Mi formación empezó con la medicina intensiva, mi primera especialidad. En la nutrición hospitalaria aprendí que la medicina intensiva tiene todo ver con la nutrición de pacientes que están en estado crítico y comprometen el funcionamiento de su organismo. Como médico intensivista, necesitaba nutrir a la gente. Rápidamente me di cuenta que el problema no radica solo en la alimentación. Luego hice una diplomatura en obesidad, seguí mi formación en España, donde cursé un máster en trastorno en alimentación. Tras un largo recorrido, me di cuenta que había que atender a los pacientes en forma integral. La obesidad es la comorbilidad más frecuente en el mundo y que la inmensa mayoría de las obesidades son multifactoriales.

Mujer se pesa en una balanza, con el centimetro cerca
Mujer se pesa en una balanza, con el centimetro cerca
Foto: Freepik

—¿A qué factores se refiere?

—Hay factores que son metabólicos, biológicos y genéticos, pero más allá de la genética, hay factores psicológicos que harán que una persona pueda adherir a lo que le tocó genéticamente o no. También hay factores sociales: la obesidad, hoy en día, está en las clases sociales más bajas. Porque elegir que comer es un lujo;por ejemplo, nunca vi salmón o frutos rojos de oferta. Siempre los “todo por X”, ofrecen polenta, arroz, carbohidratos. Entonces la obesidad también es social desde el punto de vista económico y cultural. Un ser humano quieto, sedentario, que consume comida de baja calidad da como resultado que el 60%, 70% de la población pese más de lo que debe. Una condición médica tan, tan compleja como es la obesidad, con tantos factores, tiene que ser tratada a la altura, y necesita de asistencia de médicos, nutricionistas, psicólogos, profesores de educación física, incluso hasta de un cocinero que te cocine light si no querés cocinar. Así se generó el metodo Sande. No inventé la pólvora, esto está escrito en todas partes, el problema es hacerlo. Y yo lo hago. Cada paciente debería contar con un equipo transdisciplinario, tener un psicólogo que lo escuche, un nutricionista que diseñe un plan personalizado. Acá lo hacemos,sabemos que la obesidad duele, duele en todas partes: en el cuerpo, en el alma, en la autoestima. Hay que tratar de cerca este tema porque el 60% o 70% de la humanidad no puede estar tan fala de la voluntad.

—¿Hay resistencia para afrontar el tema de la obesidad?

—Sí, muchísima. Para hacerle frente hay cuestiones claves: la cercanía, el tiempo, y la dedicación. El médico tiene que escuchar y ser libre de juicios. La persona que quiere cambiar sus hábitos, lo pone todo y de repente se come algo que no tiene nada que ver con el proyecto que eligió, una bolsa de bizcochos, por ejemplo. Cuando lo hace, algo le pasó y es necesario indagar por qué tuvo una conducta que contra sí mismo. Acá se aceptan todos los formatos saludables y posibles de cuerpos, ya no se habla de “romper dietas”, eso es muy de los 80.

—¿El peso no es un objetivo?

—Si una persona tiene sobrepeso, lo regulará como consecuencia de nuevos hábitos, nunca será el objetivo. Si alguien sabe de obesidad, no debería promover algo del estilo “baje 10 kilos en un mes”. Es todo lo que no hay que hacer. Hay que cambiar hábitos, el relacionamiento con la comida, aumentar la actividad física y entonces, el peso se regulará. Le digo a la gente que tiene que quererse en el formato del cuerpo que tenga, porque si yo no quiero mi cuerpo, lo voy a tirar, romper, degradar, le haré cualquier cosa. En cambio, si quiero mi cuerpo, esa será la única forma de mejorarlo y dejarlo más sano. Pero hay cosas que no se discuten:el corazón, los pulmones, nuestros órganos están planeados para cierto peso, y si alguien se excede, sus órganos se resentirán. Empezar a ser saludable depende básicamente de la calidad de alimentación, la cantidad de ejercicio, la cantidad de sueño (que duermas bien) y del poco drama que tengas. El concepto de ser saludable no depende solamente del peso.

—¿Todavía se utiliza el índice de masa corporal (IMC)?

—El índice de masa corporal es uno de los tantos parámetros para diagnosticar obesidad, es una relación peso-talla, después de esa relación está el porcentaje de grasa y también hay que ver dónde está esa grasa; no es lo mismo tener el abdomen que tener glúteos, etcétera. El diagnóstico no puede ser solo con el IMC. El límite de peso es un IMC de 30 porque el exceso de tejido adiposo empieza a complicar. Pero entre un IMC de 20 y 25 entran un montón de cuerpos saludables.

—¿Cómo está Uruguay en el tema de la obesidad?

—Mal. Uruguay está por encima de 60% entre obesidad y sobrepeso. Lo más alarmante son las cifras de niños, que se triplicó y tenemos los niveles más altos en niños/adolescentes obesos. En 2035 será peor y nada dice que esto cambiará. Seguimos estadísticas mundiales, la obesidad está en aumento.

—¿Hay políticas públicas para combatir la obesidad?

—La obesidad todavía no es una prioridad para nadie. Cuando llegó el Ozempic, pensé esto será un desastre. Hay gente automedicándose, será un problema serio. Lo digo en todas mis clases y cursos, pero ¿quién se encarga de obesidad en el Ministerio de Salud Pública? Todavía no hay nadie. Hay movimientos en la cátedra de medicina, por ejemplo, en endocrinología. El tema está en el ámbito académico, pero son intenciones, no hay un apoyo a nivel de Estado y estamos lejos de eso. Se puede conseguir hora con un médico general, pero no con especialistas y la obesidad implica otros tiempos. Le han tirado un fardo gigante a los nutricionistas, pero la obesidad es un tema de salud. Un nutricionista solo no puede. Estamos hablando de la comorbilidad más frecuente del mundo. Esto no puede ser una cuestión de moda, de una dieta, de un verano. Me duele cuanto se infantiliza y se trata con liviandad un problema tan serio.

Combatir la falta de formación en obesidad.

En el International Congress on Obesity 2024, se remarcó que una de las principales fallas para luchar contra la obesidad es la mala asistencia a personas obesas.

“El primer problema es la falta de formación técnica. Ni los médicos ni los nutricionistas tienen formación en obesidad, como un problema de salud íntegro, con todos los factores que inciden en el tema”, remarcó Sande.

“Quien sufre la presión por ser flaco es un blanco perfecto para cualquier cosa, está desesperado y cree en soluciones mágicas, desde un té hasta un quema grasa”, aseveró. Convencido de que falta formación en obesidad, Sande creó un curso en la Universidad de Montevideo (UM) para atender el vació que detectó en Uruguay. “Argentinos y brasileños andan muy avanzados, tienen muchos más formación, sentenció.

“En la UM, el curso de este año se creó con el objetivo de preparar a otros profesionales en el tema”, contó.

“Creo que la obesidad es un problema de todos, de salud pública. No puede ser un asunto de clínicas privadas, no puedo ver ni la milésima parte de las personas obesas de Uruguay, pero sí puedo ayudar a formar a otros. Mis clases están colgadas gratis, es una contribución para que más profesionales se ocupen del tema. Comparto las guías y digo, lean de acá, este es el último paper”, sentenció quien incluso le ofreció al Ministerio de Salud Pública su aporte. En la UM la primera generación convocó a 25 profesionales, entre nutricionistas, psicólogos y profesores de educación física. “Es un curso de formato corto, intensivo, que seguramente en 2025 se repetirá. Creo que es una obligación estar formado”, concluyó.

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