Redacción El País
El envejecimiento es un proceso natural e inevitable que todos experimentamos, pero su impacto puede variar de persona a persona. Algunos hábitos nocivos tienen una influencia considerable en la salud cognitiva, especialmente después de los 50 años.
Adoptar un estilo de vida saludable puede reducir hasta en un 46% el riesgo de mortalidad prematura.
¿Cuáles son los patrones de comportamiento a modificar para disfrutar de una mayor calidad de vida durante el último tramo de tu existencia?
- Dormir mal: Un buen descanso se relaciona con una mejor salud física y mental, mientras que dormir mal puede aumentar el riesgo de enfermedades como el alzhéimer.
- Aislamiento social: La falta de interacción social acelera el proceso de envejecimiento y conlleva serias repercusiones para la salud mental y física. La soledad puede ser tan perjudicial como fumar 15 cigarrillos al día, según investigaciones.
- Fumar y beber: El tabaquismo puede reducir significativamente la esperanza de vida, mientras que el consumo excesivo de alcohol también puede disminuir la longevidad.
- Falta de estimulación cerebral: Participar en actividades que estimulen la mente, como los crucigramas, y mantener una vida social activa puede preservar una mejor función cognitiva.
- Sedentarismo: La actividad física es esencial para prolongar la vida. Iniciar una rutina de ejercicio a partir de los 50 años podría incrementar la esperanza de vida hasta en 21 años.
- Alimentación inadecuada: Con la edad, es importante prestar atención a la alimentación, ya que el metabolismo se ralentiza y el proceso digestivo se vuelve más lento.
- Estrés crónico: El estrés prolongado puede acelerar el envejecimiento del sistema inmunológico, aumentando la susceptibilidad a enfermedades crónicas.