The Conversation, por Yvonne Príncipe, Glenda Mary Davison y Tandi Matsha-Erasmus
Un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 8 millones de personas mueren anualmente por complicaciones relacionadas con el tabaquismo. A pesar de los esfuerzos de los gobiernos y de diversas organizaciones por crear conciencia sobre los peligros, alrededor de 1.300 millones de personas siguen consumiendo alguna forma de tabaco y el 80% de ellas vive en países de ingresos bajos y medios.
No existe un nivel seguro de tabaquismo. Incluso el tabaquismo pasivo puede provocar complicaciones graves, como enfermedades cardiovasculares y cáncer.
La boca (cavidad oral) es la primera puerta de entrada al resto del cuerpo y alberga una comunidad compleja y diversa de microorganismos, conocida como microbioma oral. Estos organismos viven en armonía entre sí. Protegen el entorno bucal normal, ayudan a la digestión, regulan el sistema inmunológico y promueven la salud.
Sin embargo, si se altera este equilibrio, puede provocar el desarrollo de periodontitis (infecciones de las encías), inflamación y enfermedades graves, como enfermedades cardíacas, cáncer, enfermedades hepáticas y renales.
Los cambios en la composición bacteriana de la boca pueden ser causados por varios factores, como la mala higiene bucal, la dieta, el alcohol y el tabaco.
Hemos investigado exactamente qué tipos de bacterias se ven afectadas. Para ello, hemos examinado la salud bucal de 128 personas que participaron en un estudio sobre salud vascular y metabólica realizado entre 2014 y 2016.
Encontramos diferencias claras en las bacterias presentes en la boca de los fumadores en comparación con los no fumadores.
Los fumadores tenían niveles más altos de bacterias dañinas, como Fusobacterium, Campylobacter y Tannerella forsythia, en la boca.
Estas bacterias pueden causar enfermedades de las encías y pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas porque pueden provocar inflamación y otros efectos nocivos en el cuerpo.
Cómo afecta el tabaquismo al bioma bucal
El tabaco y los cigarrillos contienen varias sustancias tóxicas , entre ellas nicotina, alquitrán, sustancias químicas radiactivas, plomo y amoníaco. Muchas de ellas se forman al quemar el tabaco. Cuando se fuma un cigarrillo, estas sustancias químicas entran en la cavidad bucal y modifican el entorno circundante al reducir los niveles de oxígeno, modificar el pH (nivel de acidez) e impedir la producción adecuada de saliva.
La saliva no sólo mantiene la boca húmeda y ayuda a la digestión, sino que también tiene importantes propiedades antibacterianas que ayudan a destruir gérmenes peligrosos y a mantener la cavidad bucal saludable.
La boca seca combinada con niveles bajos de oxígeno en la boca permite que las bacterias dañinas se multipliquen.
El crecimiento excesivo de estos organismos destruye el equilibrio de las bacterias saludables que normalmente se encuentran en las superficies de los dientes, la lengua y el paladar.
Nicotina
Una sustancia química común presente en los cigarrillos es la nicotina. Esta toxina puede aumentar la cantidad de proteínas en la superficie de ciertas bacterias dañinas, como la P. gingivalis .
Estas proteínas o receptores dan a las bacterias una ventaja sobre los microorganismos normales y les permite adherirse firmemente a las superficies donde se multiplican en colonias y forman biopelículas.
Las biopelículas dentales son una comunidad compleja de microorganismos que pueden formarse en los dientes y otras superficies duras. Si no se controlan, pueden provocar la formación de placa, periodontitis, enfermedades de las encías y caries dentales .
Fumar y enfermedades graves
Estas colonias anormales pueden influir en el sistema inmunológico, lo que provoca una cicatrización lenta, inflamación e incluso resistencia a los antibióticos. La inflamación crónica causada por la enfermedad de las encías puede provocar la pérdida de dientes y la destrucción del tejido de las encías, lo que se ha relacionado con enfermedades sistémicas como las enfermedades cardiovasculares.
Otra bacteria, Streptococcus mutans, también puede llegar a ser abundante en personas que fuman mucho. Este organismo suele estar presente en condiciones saludables, pero cuando el entorno se altera, puede multiplicarse y formar parte de biopelículas dentales, lo que provoca caries y cáncer bucal.
Vapeo y cigarrillos electrónicos
Los cigarrillos electrónicos o vaporizadores funcionan con una batería y un elemento calefactor que calienta un líquido, lo que produce un aerosol que el usuario inhala. El líquido contiene diferentes aromas y sustancias químicas nocivas como la nicotina y el plomo.
Las primeras investigaciones parecen indicar que los cigarrillos electrónicos no son una buena alternativa al tabaco. Aunque sus efectos sobre la microbiota bucal no han sido bien estudiados, se ha observado un mayor crecimiento de bacterias como Fusobacterium y Bacteroidales en personas que vapean.
¿Se pueden revertir estos cambios?
Está claro que las sustancias químicas nocivas presentes en los cigarrillos y otras formas de tabaco pueden provocar enfermedades graves que suelen comenzar en la cavidad bucal. La buena noticia es que se pueden prevenir y reducir el riesgo.
Aunque puede llevar tiempo, la diversidad saludable del bioma bucal se puede recuperar dejando de fumar. Esto reduce el riesgo de enfermedades de las encías, promueve la producción de saliva y mejora la salud.
Es mejor prevenir que curar y los gobiernos y organizaciones como la OMS deben seguir creando conciencia sobre los peligros del tabaquismo, especialmente entre los jóvenes.
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