El Tiempo/GDA
El insomnio es un trastorno que hoy en día afecta a millones de personas en todo el mundo y es riesgoso, ya que la falta de sueño conlleva a graves consecuencias para la salud.
Se caracteriza por la dificultad para conciliar el sueño o mantenerlo y en los últimos años ha ganado notoriedad debido a su gran afectación en las diferentes sociedades ya que se ha descubierto que la falta de sueño adecuado puede afectar negativamente la función cognitiva. Estudios realizados por la Universidad de Medicina de Harvard han demostrado que la privación del sueño puede afectar la atención, el razonamiento y la resolución de problemas, lo que puede impactar en el rendimiento laboral y académico.
Sin embargo, antes de que la falta de sueño sea crónica, vale la pena detenerse en los motivos que generalmente afectan el sueño. Uno de ellos es el uso excesivo de dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles o tabletas, antes de acostarse.
La exposición a la luz azul de estas pantallas puede interferir con la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, y mantener a la persona mentalmente activa, dificultando el proceso de relajación necesario para dormir.
Otro factor que puede afectar negativamente el sueño es el consumo de bebidas estimulantes, como café o bebidas energéticas, especialmente en las horas cercanas a la hora de acostarse. La cafeína es conocida por sus propiedades estimulantes, que pueden provocar dificultades para conciliar el sueño y afectar la calidad del descanso nocturno.
La falta de una rutina de sueño consistente también puede contribuir a problemas de insomnio. Irse a la cama y levantarse a horas irregulares desregula el reloj biológico, haciendo que el cuerpo y la mente no estén sincronizados para un descanso reparador.
La exposición a niveles elevados de luz artificial durante la noche es otro factor que puede afectar el sueño. La luz artificial puede suprimir la producción de melatonina, dificultando la preparación del cuerpo para el descanso nocturno.
Por último, participar en actividades estresantes o emocionantes justo antes de acostarse, como trabajar o ver programas de televisión intensos, puede aumentar el nivel de estrés y activar la mente, dificultando la transición a un estado de calma propicio para el sueño.
En este sentido, para mejorar la calidad del sueño, es esencial adoptar hábitos saludables antes de acostarse. Limitar la exposición a dispositivos electrónicos que emiten luz azul, evitar el consumo de bebidas estimulantes en las horas previas al sueño y establecer una rutina regular para acostarse y levantarse son pasos clave.
Además, reducir la exposición a la luz artificial durante la noche y evitar actividades estresantes justo antes de dormir contribuirán a un ambiente propicio para un sueño reparador. Al incorporar estos cambios, podrá disfrutar de un descanso más efectivo y mejorar su bienestar general.
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