La Nación - GDA
Aunque para muchas personas la mañana puede ser un período agitado, tomarse un tiempo para establecer ciertos hábitos matinales puede ser la clave para afrontar las exigencias diarias con mayor tranquilidad y claridad mental.

El ejercicio, la meditación o una caminata al aire libre ayudan a reducir los niveles de cortisol. Además, empezar la mañana con prácticas que propicien la atención plena, puede mejorar tanto la salud física como la emocional a lo largo del tiempo.

El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones desafiantes o amenazantes, y cuando no se maneja adecuadamente, puede acumularse y afectar tanto la salud física como mental. Según la American Psychological Association (APA), el estrés prolongado puede llevar a trastornos de ansiedad, depresión e incluso a problemas de salud más graves como enfermedades cardíacas y trastornos del sueño. Por ello, es importante establecer una rutina matutina que ayude a gestionar el estrés desde las primeras horas del día. 

Uno de los hábitos más recomendados por los expertos es realizar una caminata al aire libre. Numerosos estudios demostraron que caminar a primera hora del día mejora el estado de ánimo y regula los ritmos circadianos, contribuyendo a un mejor descanso nocturno.

Foto: Freerange.

Los beneficios de caminar al aire libre van más allá de la simple mejora en el estado de ánimo. La investigación sugiere que esta práctica también disminuye los niveles de ansiedad y depresión. Estar en espacios verdes, como parques o áreas boscosas, ofrece un respiro del bullicio urbano y permite que la mente se desconecte de las preocupaciones cotidianas. Incluso una caminata corta de 20 o 30 minutos puede tener un impacto significativo en la forma en que una persona enfrenta el día.

Si bien caminar al aire libre es uno de los hábitos más efectivos para comenzar el día, existen otras prácticas que pueden complementar esta rutina y potenciar sus beneficios. A continuación, se destacan algunos de ellos: 

• No usar el celular apenas te despertás: Revisar el teléfono inmediatamente después de despertar es una de las acciones más comunes, pero también una de las más perjudiciales para la salud mental. Según la doctora Nicole Pingel, especialista en bienestar, las notificaciones constantes y la sobrecarga de información aumentan los niveles de ansiedad. Comenzar el día sin revisar el móvil permite un despertar más calmado y enfocado. Esta práctica ayuda a reducir la cantidad de información que se procesa desde el primer momento del día, lo que puede aliviar la sensación de estrés.
  
• Hidratarse: El cuerpo humano está compuesto en su mayoría por agua, y la hidratación es esencial para que funcione correctamente. La deshidratación puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Un estudio publicado en The Journal of Nutrition señala que incluso una leve deshidratación puede afectar el estado de ánimo y la capacidad cognitiva.
  
• Hacer la cama: Este hábito tiene un impacto positivo en el bienestar mental. Según Charles Duhigg, autor de The Power of Habit, hacer la cama por la mañana se asocia con una mayor productividad y una mejor gestión del estrés. Este pequeño logro genera una sensación de control y orden, lo que prepara a la mente para enfrentar los desafíos del día con una actitud más positiva.
  
• Practicar la gratitud: Numerosos estudios demostraron que practicar la gratitud puede mejorar el estado de ánimo y reducir los niveles de ansiedad. Comenzar el día reflexionando sobre lo que se agradece, ya sea a través de un diario o mentalmente, puede cambiar el enfoque hacia aspectos positivos, alejando la mente de pensamientos negativos o estresantes.

Según un estudio publicado en Harvard Business Review, las personas que implementan hábitos saludables por la mañana tienen un mayor control sobre su jornada y son más resilientes ante el estrés. Estos hábitos ayudan a crear una estructura que permite a las personas enfrentar las tareas del día de manera más organizada y con una mentalidad más tranquila. 

Comenzar el día con una rutina matutina que incluya una caminata al aire libre, evitar el teléfono, mantenerse hidratado, hacer la cama y practicar la gratitud es una estrategia efectiva para reducir el estrés y mejorar el bienestar general. El estrés es inevitable, pero la forma en que lo manejamos puede marcar una gran diferencia en nuestra calidad de vida.