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Ya sea con una caipirinha en la playa o una cerveza fría en un asado, sin duda una de las mejores maneras de disfrutar del día para muchos, especialmente cuando hace más calor, es con una bebida fresca. Pero, ¿por qué consumir alcohol durante el día parece diferente a beber por la noche? ¿Eso puede influir en la resaca?

Hasta el momento, no ha habido investigaciones concretas que evalúen los efectos en la salud de beber durante el día. Sin embargo, psiquiatras y especialistas en alcohol dicen que existen algunos factores que explican por qué el consumo diurno difiere del nocturno.

Por la noche, podés estar más atento a las señales de que es hora de parar, como cuando termina una cena o llega la hora de partir hacia casa tras una reunión en casa de amigos, por ejemplo. Pero durante la tarde las personas no siempre están atentas para controlar la cantidad de alcohol que están consumiendo, según el psiquiatra Akhil Anand.

Si estás bebiendo durante el día y no sabés cuándo será tu próxima comida, también es lógico que no tengas comida en el estómago para disminuir la tasa de absorción de alcohol en tu cuerpo, lo que hace probable que te emborraches más en un corto período de tiempo.

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Beber mientras está soleado, especialmente en verano, aumenta la probabilidad de que te deshidrates, lo que puede intensificar los efectos de la embriaguez. Podés sentirte cansado o mareado dice Sarah Andrews, profesora de psiquiatría y ciencias del comportamiento.

En un día caluroso, también podés perder más líquidos de los que podés reponer, lo que también significa perder sodio y minerales que ayudan a tu cuerpo a funcionar. Y esto se suma a la naturaleza deshidratante del propio alcohol, que actúa como un diurético y empuja los líquidos fuera de tu sistema, haciéndote orinar con más frecuencia.

Cuanto antes empieces a beber, antes aparecerá la sensación de boca seca y la resaca. Una cerveza por la mañana, antes de un asado, puede traducirse en una resaca a la hora de la cena, explica Danesh Alam, psiquiatra de adicciones, aunque es más probable que una resaca comience temprano a la mañana siguiente, cuando el contenido de alcohol en sangre cae a cero.

Como beber durante el día puede ser muy deshidratante, los síntomas de la resaca probablemente serán peores, afirma Anand. 

Las mejores maneras de evitar una resaca son beber al menos un vaso de agua por bebida alcohólica, asegurarte de que estás comiendo lo suficiente, evitar bebidas azucaradas y limitar la cantidad de alcohol que ingieres, sin importar la hora en que empieces a beber.

La deshidratación también acentúa los efectos fisiológicos que pueden venir con una resaca: manos temblorosas, náuseas, mareos. A veces, las señales corporales de ansiedad causadas por la bebida pueden desencadenar sentimientos reales de miedo y nerviosismo.

En las horas o días posteriores al consumo diurno de alcohol, cuando es más probable que te deshidrates, puedes sentirte más ansioso de lo normal, afirma Thea Gallagher, psicóloga.

Unas copas de vino antes de dormir son una receta para una mala noche de sueño, porque el alcohol compromete la calidad del mismo. Y beber durante el día también puede afectar a la hora de dormir, según Alam. Puede que luego de unos tragos te duermas una siesta, lo que muy probablemente dificulte el sueño durante la noche.

Pero si te das un descanso de tres o cuatro horas entre tu última bebida y el momento de acostarte, y particularmente si tomás agua y comés en ese tiempo, tu cuerpo puede tener la oportunidad de metabolizar el alcohol antes de dormir, permitiéndote descansar lo suficiente.