Milenka Duarte, El Comercio/GDA.
En ocasiones, los niños y adultos con autismo son encasillados y limitados socialmente, a pesar de los esfuerzos que existen para promover la inclusión. Es por esto que existen organizaciones encargadas de promover el concepto de neurodiversidad, con el fin de disminuir la discriminación e impulsar la aceptación hacia las personas que presentan esta condición.
El autismo no es una discapacidad, sino una condición de origen neurológico y genético que inicia en la infancia. Las personas autistas tienen mayor dificultad en dos áreas: por un lado, en el ámbito social, ya que les cuesta entender la emociones de los otros y suelen aislarse, y por otro lado, en el área del lenguaje y la comunicación, en tanto tienen problemas para expresarse, principalmente de manera verbal, explicó Pamela Muñoz, neuróloga pediatra de la Clínica Ricardo Palma.
¿Qué es la neurodiversidad y cómo se aplica al autismo?
La neurodiversidad es un movimiento que ha ganado mayor relevancia en los últimos años, pues gira en torno al concepto de que las diferencias neurológicas, como el autismo, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y la dislexia, son variaciones normales y naturales de la diversidad humana, es decir, concebirlas como un espectro de la vida, lo que implica que sean respetadas y aceptadas, refirió la neuróloga.
“La neurodiversidad no niega la existencia de los desafíos que puedan asociarse con esta condición. La idea es comprender que una persona con autismo tiene dificultades en ciertas áreas al igual que el resto de seres humanos que también pueden presentar inconvenientes en diversos aspectos de la vida, y no por eso son discriminados”, expuso.
¿Cuáles son algunos de los mitos asociados con el autismo?
Según la especialista, el autismo es considerado socialmente como una enfermedad y se suele pensar que la persona no puede desarrollar habilidades en las áreas que presenta dificultades. En realidad, si bien supone un poco más de esfuerzo, estos individuos sí pueden integrarse a la sociedad.
“Al ser percibido como una afección, las personas suelen preguntar sobre la cura o sobre cuándo el niño va a ser “normal”, siendo este un término muy variable y que en realidad, no existe como tal", expresó la neuróloga. Y agregó: "Es importante saber que esta condición neurológica persiste a lo largo de la vida, pero con el apoyo adecuado pueden desarrollar habilidades y alcanzar su máximo potencial”.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan las personas con autismo?
“Los lugares ruidosos suelen ser un desafío para ellos; sin embargo, pueden desenvolverse mejor en estos ambientes por medio de un comportamiento adaptado, es decir, si un niño tiene una fiesta de cumpleaños, podemos decirle previamente cómo se va a desarrollar el evento, lo que le permite prepararse", subrayó la doctora.
De igual manera, espacios como el cine pueden ser incómodos, ya que el ruido, las vibraciones y las luces los agobia. Por este motivo, sugirió que debería haber aditamentos o personas que estén preparadas para brindar asistencia en este tipo de entornos.
Las personas que tienen autismo deben tener como principal apoyo a la familia, la cual debe ser entrenada y capacitada, pues son el nexo que les permite establecer vínculos o relaciones con otros individuos. Adicionalmente, es crucial que se forme una red de apoyo entre los padres, el colegio, el instituto o el trabajo y los profesionales de la salud.
Es clave que en el hogar se establezcan horarios y rutinas, puesto que las personas con autismo necesitan que las actividades estén bien pautadas para sentir una mayor seguridad.
Finalmente, la neuróloga afirmó: “Es importante generar una mayor difusión en la población sobre esta condición y comprender que las personas con autismo también son parte de la sociedad y que simplemente su condición es una variación de la diversidad”.