Nuevos estudios sobre hipertensión revelan que la presión arterial alta ocasiona daño en los riñones

El daño renal ocurre debido a la presión excesiva en los vasos sanguíneos que irrigan los riñones. A medida que estos se debilitan, los riñones pierden capacidad de filtrar eficientemente las toxinas

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El Tiempo/GDA
La presión arterial alta no solo afecta al sistema cardiovascular sino que también ocasiona un daño significativo en los riñones. Así lo determinan nuevos estudios sobre hipertensión.

Los investigadores encontraron que la hipertensión crónica puede deteriorar progresivamente la función renal, lo que podría llevar a enfermedades renales graves, como la insuficiencia renal crónica. Este hallazgo subraya la importancia de un control adecuado de la presión arterial para proteger tanto el corazón como los riñones.

El doctor Ivan Porter II, nefrólogo de Mayo Clinic en Jacksonville, Florida, afirma que la presión arterial alta puede conducir a una enfermedad cardíaca, a un accidente cerebrovascular y otros problemas de salud graves, incluyendo la enfermedad renal crónica.

"Cuando piensa en la presión arterial alta, probablemente ya sepa que puede causar enfermedades cardiovasculares. Pero eso no es todo. También puede conducir a una enfermedad renal crónica", afirma Porter.

En efecto, el daño renal causado por la hipertensión ocurre debido a la presión excesiva en los vasos sanguíneos que irrigan los riñones. A medida que estos vasos se van debilitando y estrechando, los riñones pierden la capacidad de filtrar eficientemente las toxinas y el exceso de líquido en el cuerpo.

hipertensión arterial

Con el tiempo, este deterioro puede llevar a una acumulación de productos de desecho en la sangre, causando complicaciones más serias y reduciendo la capacidad del organismo para mantener el equilibrio de los electrolitos.

Además, diversos estudios han señalado que la relación entre la presión arterial alta y el daño renal es bidireccional. No solo la hipertensión puede causar daño a los riñones, sino que los riñones dañados también pueden contribuir a elevar la presión arterial. Este ciclo peligroso agrava la situación de los pacientes, ya que los riñones liberan hormonas que alteran la regulación de la presión sanguínea cuando no funcionan correctamente, exacerbando el problema.

Sin duda, estos hallazgos destacan la necesidad de una mayor conciencia sobre los riesgos renales asociados con la hipertensión y la urgencia de un manejo adecuado de la presión arterial a través de cambios en el estilo de vida, medicación adecuada y revisiones médicas periódicas.

Según diversas guías médicas, la detección temprana y el tratamiento preventivo pueden ayudar a mitigar los efectos dañinos de la hipertensión en los riñones, reduciendo el riesgo de enfermedades renales crónicas en las personas afectadas.

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