Picaduras de pulgas en humanos: cómo identificarlas, cómo se tratan y los pasos para prevenir infecciones

Las personas pueden ser víctimas de sus picaduras —que pueden causar inflamación, sarpullidos, entre otros síntomas— a pesar de que los perros y gatos son los principales portadores de los insectos.

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Una niña acariciando a un perro.
Una niña acariciando a un perro.
Foto: Unsplash

El Tiempo/GDA
Las picaduras de insectos son padecidas por las personas más que nada en verano, por la gran cantidad de mosquitos que circulan. Sin embargo, los seres humanos también son víctimas de las picaduras de pulgas, debido a perros o gatos que son portadores de estas, que pueden convertirse en muy molestas y difíciles de combatir.

Hay que tener especial cuidado con los niños y las garrapatas sobre todo durante las vacaciones, las salidas al campo y en el contacto con los animales. Si bien es cierto que en la mayoría de los casos la consecuencias de estas picaduras son leves, hay menores que desarrollan mayores infecciones y acarrean graves problemas llegando incluso a provocar la parálisis de su cuerpo.

Hay que recordar que las pulgas o garrapatas "son parásitos externos, artrópodos de la familia de los arácnidos, los cuales tienen ocho patas y se alimentan de la sangre generalmente de animales como perros o gatos, aunque de ellos pueden pasar al hombre".

Y aunque por lo general viven en algunos animales, también es posible que se escondan en zonas de vegetación como hierba o arbustos, así como en zonas húmedas.

Cómo identificar las picaduras de pulgas

Las picaduras de pulgas suelen causar inflamación y enrojecimiento ligero en la zona de afectada, apareciendo, habitualmente, en grupos de tres o cuatro pequeños bultos enrojecidos.

Estos sarpullidos pueden ir acompañados de fiebre, debilidad, dolores de cabeza, articulares y musculares y rigidez en el cuello.

Según expertos, las pulgas tienen en su saliva, una toxina que puede llegar a afectar al sistema nervioso, provocando la parálisis de los niños unos días después de haber sido picados.

Empieza por las extremidades inferiores hasta arriba y provoca en algunos casos, complicaciones respiratorias.

Cómo tratar las picaduras de pulgas

Lo primero que recomiendan los expertos es evitar aplastarla, ya que esto genera que se liberen bacterias en la herida.

Al ser picado, recomiendan extraerla entera con unas pinzas, evitando, en lo posible, que se introduzca más en la piel o que la cabeza se quede en el interior.

Es importante limpiar la zona de la picadura y aplicar hielo o alguna loción de calamina o corticoides, para aliviar el ardor o la rasquiña.

Evitar rascarse y hacer uso adecuado de los antihistamínicos, sobre todo si la picadura provoca una reacción alérgica, como enrojecimiento excesivo o picazón.

En este caso un antihistamínico de venta libre podría aliviar los síntomas. Sin embargo, tenga en cuenta que siempre se debe consultar con un médico antes de administrar cualquier fármaco.

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