¿Por qué los gatos eligen dormir con su dueño? Estas son las razones más comunes

Compartir la cama con un gato no solo estrecha la relación humano-mascota, sino que aporta beneficios como la reducción del estrés, sensación de compañía e incluso la facilidad para conciliar el sueño

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Dormir con el gato en la cama
Dormir con el gato en la cama
Foto: Freepik

La Nación / GDA
Justo antes de dormir, una presencia se acerca. El gato, con un salto y pasos suaves, se acomoda para dormir junto a su dueño. Esta escena, común para muchos, tiene explicaciones interesantes.

Los gatos duermen entre 12 y 16 horas diarias, pero su sueño es intermitente, con siestas cortas y actividad breve. Esto se relaciona con su naturaleza crepuscular. Su principal actividad es al amanecer y al atardecer. Por la noche, alternan sueño ligero con alerta, explicando sus movimientos en la cama.

El vínculo con el gato: seguridad y afecto al dormir

Dormir con su dueño es común en gatos domésticos, buscando seguridad, confort y afecto. Esta costumbre fortalece el vínculo emocional entre ambos.

Además, compartir la cama con un gato no solo estrecha la relación humano-mascota, sino que también aporta beneficios como la reducción del estrés, mayor sensación de compañía e incluso la facilidad para conciliar el sueño gracias a la presencia tranquilizadora de un compañero silencioso y cariñoso, explica un artículo de Sleep Foundation.

No obstante, esta práctica puede presentar algunos inconvenientes. Existen personas cuya calidad del sueño se ve afectada por los movimientos nocturnos del gato. Además, quienes sufren alergias o asma deben ser cautelosos, al igual que quienes tengan especial preocupación por la higiene, dado que los gatos pueden llevar suciedad o pelos a la cama.

Niña en la cama con su gato
Niña en la cama con su gato
Foto: Freepik

Los cinco motivos por los cuales los gatos eligen dormir con sus cuidadores

  1. Seguridad y protección
    El gato considera a sus cuidadores parte fundamental de su núcleo familiar, y dormir cerca de ellos le brinda una profunda sensación de seguridad, informa el sitio especializado Cats. Por instinto, suelen ubicarse cerca del pecho o la cabeza para percibir mejor la respiración y latidos del corazón humano, señales que transmiten calma, protección y tranquilidad, especialmente durante las horas más vulnerables.
  2. Necesidad de calor
    Los felinos tienen una gran predilección por lugares cálidos debido a su herencia evolutiva, y, en este sentido, el cuerpo humano es una excelente fuente de calor, lo cual convierte a la cama del cuidador en el sitio ideal. El gato suele buscar las zonas más cálidas como el abdomen, las piernas o incluso bajo la frazada, para aprovechar al máximo el confort térmico.
  3. Marcaje territorial y vínculo afectivo
    Dormir cerca del cuidador es también una forma sutil pero efectiva de expresar cariño y realizar un marcaje territorial afectivo. Mediante esta cercanía física, el gato deja su olor sobre el humano, y refuerza así su vínculo emocional y define claramente que esa persona forma parte integral de su territorio y entorno seguro.
  4. Comodidad física
    La comodidad es otro factor crucial. La cama humana suele ofrecer una superficie mucho más confortable que otros lugares de descanso en la casa. Almohadas mullidas, sábanas y frazadas suaves y colchones acolchados atraen al gato, quien adopta diversas posiciones, siempre en búsqueda de la máxima comodidad y relajación.
  5. Rutina y hábito
    Los gatos son animales de hábitos profundamente arraigados. Si desde cachorros acostumbran dormir junto a sus cuidadores, esta rutina se mantiene con el tiempo. Este hábito proporciona estabilidad y predictibilidad a la vida diaria del felino, lo que influye positivamente en su bienestar general.

Consejos para quienes no quieren dormir con los gatos

En general, los veterinarios coinciden en que dormir con gatos no es perjudicial y no requiere corrección, salvo en situaciones puntuales en las que afecte negativamente el descanso o existan problemas de salud. En tales casos, o que el dueño simplemente no quiera compartir su cama, podría ser necesario establecer límites más claros.

  • Establecer un lugar cómodo y exclusivo para el gato, como una cama cálida y acogedora ubicada en una zona tranquila del hogar. La comodidad y privacidad harán que el animal prefiera este espacio propio.
  • Cerrar la puerta del dormitorio por las noches para restringir el acceso del gato, estableciendo así límites claros y constantes que el animal aprenda a respetar.
  • Usar feromonas sintéticas diseñadas para gatos en el área donde se quiera que permanezca. Estas feromonas pueden ayudar a reducir el estrés y aumentar la sensación de seguridad en su propio espacio.
  • Crear una rutina nocturna alternativa con actividades relajantes, como jugar suavemente o darle un snack antes de dormir en un lugar determinado, para que el gato asocie esos momentos agradables con ese nuevo espacio en lugar de la habitación del dueño.

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