The New York Times
Cuando llegan los resfríos y la gripe, lo más probable es comience una sinfonía de tos y mocos. Y sea cual sea tu principal molestia —tos, fiebre, dolor de cabeza o congestión nasal— es posible que notes que sueles sentirte peor de noche. No es tu imaginación. Esto se debe a varios factores, empezando por el ritmo circadiano, el reloj interno del cuerpo.
Cuando viene el ocaso, le dice al cerebro que se vaya a dormir y, al mismo tiempo, estimula ciertas células inmunitarias para que se vuelvan más activas. Todas las noches, esas células se dirigen a distintas partes del cuerpo en busca de patógenos invasores como virus y bacterias.
“Cuando identifican los virus y tratan de combatirlos, las células inmunitarias pueden causar irritación e inflamación, lo que acaba empeorando los síntomas respiratorios por la noche”, explicó Diego Hijano, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas del Hospital Infantil de Investigación St. Jude.
Ciertas hormonas, como el cortisol, también siguen un ritmo circadiano. Los niveles de cortisol son más elevados por la mañana, lo que ayuda a suprimir la inflamación durante el día y, a su vez, mitigar los síntomas. Cuando los niveles de cortisol empiezan a descender por la noche, los síntomas pueden recrudecerse.
Otro factor que puede empeorar los síntomas de la tos y el resfriado por la noche es el llamado goteo posnasal, la mucosidad que empieza a acumularse en la parte posterior de la garganta cuando estás acostado.
“A lo largo del día, la acumulación de mucosidad es menos problemática porque la gravedad ayuda a drenarla cuando se está erguido y en movimiento”, explicó Juan Chiriboga-Hurtado, especialista en medicina familiar de la Escuela de Medicina Keck en la Universidad del Sur de California. Pero por la noche, la mucosidad puede acumularse y desencadenar el instinto de toser y despejar las vías respiratorias.
La falta de distracciones —que normalmente es lo ideal para dormir— también hace que sea más difícil ignorar la picazón de la garganta por la noche. Además, las condiciones ambientales de la habitación, como la sequedad del aire, a veces irritan las vías respiratorias, afirmó Chiriboga-Hurtado.
Otras enfermedades, como las alergias, el asma y el reflujo gastrointestinal, también están relacionadas con la tos, que tiende a empeorar de noche por muchas de las mismas razones. Además, algunos medicamentos, como ciertos fármacos para la tensión arterial, también pueden aumentar la tos.
Para la mayoría de las personas con un resfriado común, la tos nocturna debería desaparecer en cinco a siete días junto con otros síntomas, comentó Chiriboga-Hurtado. En algunos casos, la tos puede persistir durante dos semanas o más. Pero si no mejora después de tres semanas, es buena idea acudir al médico para comprobar si hay otra causa.
Cómo dejar de toser por la noche
Por suerte, hay varios remedios caseros que pueden ayudar a mejorar los síntomas de la tos y el resfriado durante la noche. Hijano suele recomendar beber más líquidos a lo largo del día para diluir la mucosidad y minimizar el goteo posnasal al acostarse. Tomar un baño caliente, utilizar un aerosol nasal de solución salina o enjuagarse la nariz con un rinocordio antes de acostarse también ayudan a diluir la mucosidad, y son particularmente útiles para los niños pequeños que no pueden sonarse la nariz, señaló Hijano.
También se puede poner un humidificador por la noche para mantener las fosas nasales hidratadas. Las investigaciones han demostrado que mantener las habitaciones con un nivel de humedad de entre el 40 y el 60 por ciento reduce la transmisión de virus respiratorios y puede aliviar síntomas como la tos o la congestión cuando se está enfermo.
Intenta elevar la cabeza con algunas almohadas extra para ayudar a drenar la mucosidad mientras duermes. En el caso de los bebés, utiliza una cuña bajo el colchón o levanta un lado de la cuna, explicó Hijano, porque las almohadas no se consideran seguras para los bebés pequeños.
Para los adultos, los antitusígenos que contienen dextrometorfano pueden proporcionar alivio al reducir las ganas de toser. Los expectorantes para la tos, como los medicamentos que contienen guaifenesina, pueden ayudar a aflojar la mucosidad, facilitando su expulsión. Están disponibles como fármacos independientes o en combinaciones de medicamentos para la tos y el resfriado. Algunos productos combinados también incluyen antihistamínicos, que alivian la congestión nasal y reducen el goteo posnasal. Puedes prescindir de los productos que contienen fenilefrina: no es eficaz para reducir la congestión nasal.
Otra opción es utilizar caramelos para la tos o miel, que evitan que la garganta se seque y se irrite, aseguró Chiriboga-Hurtado.
“La tos puede alterar mucho el sueño. Y el sueño es esencial para la recuperación”, dijo. “Así que cualquier cosa que puedas hacer para descansar te ayudará a recuperarte más rápido”.