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No a todos los gatos les gusta el contacto físico con los humanos. Si bien la mayoría son animales tiernos y agradables, hay algunos que al momento de querer acariciarlos huyen o se ponen violentos.

Es importante aprender a reconocer el lenguaje corporal de un gato para identificar si desea ser acariciado o no.

Aunque las demostraciones de cariño de las personas hacia sus mascotas muchas veces suelen ser abrazos, besos y hasta dormir con ellos, para los gatos eso puede ser excesivo e inclusive pueden considerarlo como peligroso.

El problema no es el contacto que usted le das a tu gato, sino el momento en que lo hacés. Los gatos son animales muy inteligentes y a través de su lenguaje corporal logran comunicarse con las personas a la perfección. El secreto está en aprender a identificar las señales que tu mascota da e indican cuando quiere o no ser acariciada.

La empresa de alimentos para mascotas ‘Hill’s’, a través de su página, explica que “la cola de un gato puede decir mucho sobre lo que pasa por su cabeza y es un buen indicador del estado de ánimo”.

Si tu gato se acerca con la cola hacía arriba y la punta curvada, quiere decir que se siente en confianza y desea ser acariciado; si la cola del animal está hacia abajo, expresa un estado de seriedad o agresividad, por lo que no deberías acudir al contacto físico, y si la cola está agitada y se mueve rápidamente de lado a lado quiere decir que el gato se está enfadando y debe dejar de acariciarlo.

Foto: La Nación/GDA.

La experta en felinos Laia Salvador explicó: “Debemos tener en cuenta cuatro premisas básicas para que nuestros gatos consideren las caricias como positivas: que sean previsibles: no queremos que los gatos se asusten; que sea permitidas: si no nos dejan, no los tocaremos; que sean placenteras: tienen que disfrutar con ellas y debemos parar antes de que se incomoden; y la más importante, que sean productivas”.

Partiendo de esas cuatro premisas también es importante reconocer qué sentimiento podría reforzar en su gato cuando lo acaricia. Si tu gato se encuentra en un momento de tranquilidad, con el contacto lo harías sentir más en calma; pero si por el contrario está asustado, con las caricias podrías reforzar eso y generar en el animal una reacción negativa.

Salvador también explica las razones por las que a un gato podrían no gustarle las caricias: “Porque no le gusta la persona que los acaricia, la zona donde lo acaricia, la forma en que lo hace o hasta el tiempo que dura. Además, no a todos los gatos les gusta que los toquen”.

Es por esto que, más allá de reconocer el lenguaje corporal del animal, también debe identificar si a su gato sí le gustan las caricias o si por el contrario prefiere evitar el contacto con las personas. No debe obligar al felino a ser acariciado tal y como a usted le gustaría, pues lo mejor es entender su naturaleza.

El animal te buscará cuando lo desee, se acercará y te enseñará en qué partes y por cuánto tiempo desea ser acariciado. Solo debés estar atento a las señales que te brindará.