Por qué se debe restringir el uso de redes sociales en adolescentes, según experto en salud de Estados Unidos

Vivek Murthy explicó en un informe la preocupación que genera el uso desmedido de estas plataformas y su impacto en el desarrollo cerebral.

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Mujer con su celular.
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Foto: Daria Nepriakhina / Unsplash

Luis Pablo Beauregard / El País de Madrid
Vivek Murthy, la principal autoridad sanitaria en el gabinete del gobierno de Joe Biden, llamó a limitar el acceso de los menores de edad a las redes sociales en un artículo de opinión publicado el martes. La recomendación del doctor se debe a la “preocupación creciente” entre padres de familia, investigadores y expertos por el impacto que puede tener el entorno digital en la salud mental de los jóvenes.

“Nuestros niños y adolescentes no tienen el lujo de esperar hasta que sepamos la huella que estas tienen en ellos”, afirmó el cirujano general del Departamento de Salud en referencia a las redes. Admitió, además, su “preocupación” por la forma en la que estas plataformas están diseñadas y son utilizadas para enganchar a los más jóvenes, lo que puede afectar a su desarrollo cerebral, en especial el de los adolescentes, si son consumidas sin supervisión.

El daño de las redes sociales depende del tiempo de exposición. Con una presencia casi universal entre menores, el 95% de la población entre los 13 y los 17 años dice emplearlas y también encuentra beneficios en ellas. Entre las ventajas, los adolescentes afirman sentirse más aceptados, son el mejor canal para encontrar ayuda en momentos difíciles y un buen lugar para exponer los lados más creativos.

Los expertos en salud, sin embargo, advierten de los problemas de salud mental que pueden acarrear más de tres horas diarias de uso de estas plataformas. Ese tiempo es suficiente para duplicar el riesgo de que afloren ansiedad y sentimientos depresivos y es apenas la base del consumo en las aplicaciones, según halló una encuesta de 2021 que establecía las 3,5 horas como el promedio del scrolling en línea. El abuso de las redes también puede afectar al equilibrio físico con desórdenes alimenticios, provocar complejos sociales y reducir la autoestima, especialmente entre las niñas. Un tercio de las mujeres entre 11 y 15 años han dicho sentir adicción por alguna red social.

Murthy argumenta que es responsabilidad del gobierno dar herramientas para navegar las aguas pantanosas del ecosistema digital. En una reflexión que se repite cada vez con más frecuencia en Washington, el experto considera que las tecnológicas no hacen lo suficiente para construir espacios seguros para niños y adolescentes. El médico se pregunta por qué las autoridades no toman las aplicaciones y redes sociales con la misma seriedad que se adoptan para los nuevos juguetes o medicinas. En estos casos, los productos que llegan al mercado son sometidos a pruebas de terceros para reducir los daños potenciales en los consumidores. “Debe emplearse un enfoque prioritario a la seguridad de los productos de redes sociales, dado el cúmulo de evidencias del riesgo de daño que representan para algunos niños y adolescentes”, indica el documento.

Tochi Iroku-Malize, el presidente de la Asociación de Médicos de Familia, ha considerado que si bien las redes sociales son una herramienta poderosa para estar conectados, también pueden provocar sentimientos “depresivos y ansiedad” entre los adolescentes. La Academia Estadounidense de Pediatras comparte la preocupación, pues “el mundo digital no se construyó teniendo en cuenta un desarrollo mental sano de los niños”.

La lucha contra el ciberbullying

Los padres admiten que es cada vez más complejo guiar a las menores en un contexto de hiperconectividad y el fácil acceso a la tecnología. El 70% de los encargados de la crianza la consideran hoy una tarea más difícil que hace 20 años, siendo las principales causas las redes sociales y la convivencia digital. Ocho de cada diez también consideran que las compañías tecnológicas deben hacer más para proteger a los menores de contenidos inapropiados. El 64% de los adolescentes dicen haber sido expuestos a contenidos de odio en internet.

El documento pide a estas compañías ser transparentes y compartir los hallazgos de sus investigaciones con expertos independientes y con el público, establecer un mínimo de edad para el uso de las plataformas y priorizar la salud mental y la seguridad en el diseño y desarrollo de los productos y servicios. Algunos legisladores y expertos han dicho que es importante respetar los 13 años que sugieren varias plataformas como edad mínima para registrarse. La edad, más que requisito, fue tomada como guía, puesto que el 40% de los niños entre 8 y 12 años en Estados Unidos utilizan las redes sociales.

Otros analistas consideran que esta edad debería correrse a los 16 años. Además, el informe recomienda a las cúpulas empresariales establecer comités de científicos y especialistas que puedan aconsejar cómo crear espacios seguros para los menores mientras estén conectados.

El informe, de 25 páginas, también sugiere a los padres de familia tener un plan que establezca límites y reglas al uso de las plataformas y que proteja los datos personales. El funcionario sanitario más relevante de la Administración demócrata aconseja cortar la utilización de móviles, tabletas y computadoras al menos una hora antes de dormir, ya que estos electrónicos “interfieren con el sueño”. Otro de los puntos que se subrayan es la necesidad de educar a los menores en los pasos que han de seguir en caso de que sean víctimas de ciberbullying y de abuso por correo, mensajes de texto, juegos en línea o redes sociales o si son contactados por algún adulto que les haya solicitado desnudos o fotografías explícitas. Casi seis de cada diez niñas han sido contactadas por extraños en línea, quienes las han hecho sentirse incómodas. En Estados Unidos, algunas organizaciones comoCyber Tipline o Take it Down auxilian a víctimas de estos casos. “Comunica al menos a una persona de tu mayor confianza si has sido víctima de abuso, no lo mantengas en secreto”, señala el documento, difundido expresamente para que tecnológicas, políticos y familias tomen precauciones.

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