Presbicia: una dificultad en la visión que no tiene cura, pero puede compensarse con varias herramientas

Se trata de una dificultad en la visión de cerca que se produce con el correr de los años. Aparece alrededor de los 40 a 45 años y aumenta en forma gradual y progresiva.

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Lentes y computadora.
Lentes y computadora.
Foto: Freepik.

Por Paola Pacheco

La presbicia es la dificultad en la visión de cerca que se produce con el correr de los años. Aparece alrededor de los 40 a 45 años y aumenta en forma gradual y progresiva hasta estabilizarse, hacia los 65 años de edad.

Hasta el día de hoy, es un proceso inevitable que se produce por pérdida de la elasticidad del lente natural del ojo llamado cristalino. Esta estructura es elástica y flexible lo cual nos permite enfocar a distintas distancias. Con el paso del tiempo, se vuelve más rígido y comienza a impedirnos poder enfocar de cerca con exactitud.

Los síntomas de la presbicia.

El primer síntoma es la necesidad de alejar los objetos para poder enfocar mejor, por ejemplo el celular, un libro, etc. Otros síntomas frecuentes son la sensación de que las letras de un texto se mueven o estén borrosas y el dolor de cabeza. A veces hay fatiga ocular al fijar la visión para la lectura durante mucho tiempo o al final de la jornada de trabajo, sobre todo aquellos que trabajan delante de una pantalla.

Estos síntomas, pueden variar en las personas de acuerdo a su estado refractivo. Por ejemplo, alquien que es miope de aproximadamente 2 o 3 dioptrías tendrá mala visión de lejos sin lentes pero de cerca, sin embargo, verá muy bien sin ellos. ¿Esto quiere decir que no tiene presbicia? No. El cristalino sufrirá las mismas consecuencias que el resto de las personas. Inversamente, un paciente hipermétrope presentará una presbicia precoz y con una evolución mucho más rápida. Finalmente en el paciente emétrope, es decir el que nunca necesitó lentes para ver, la presbicia aparecerá en promedio a los 40 o 45 años.

Tratamiento: no hay cura, pero hay herramientas para compensarla.

Como dijimos anteriormente, si bien hasta el día de hoy la presbicia no tiene cura, disponemos de varias herramientas, para poder compensarla. Es aquí donde juegan partido los lentes, que pueden ser convencionales o de contacto.

Los lentes aéreos convencionales son la opción más habitual y se pueden utilizar diferentes tipos de cristales según las necesidades de cada paciente. Es habitual que, entre los 40 y 60 años, normalmente, sea necesario un cambio de graduación debido a la evolución de la presbicia.

¿Qué tipo de lentes hay? Existen los lentes monofocales, que solo pretenden mejorar la visión de cerca y suelen utilizarse inicialmente para realizar tareas puntuales de precisión, como leer o coser, etc. Los bifocales combinan la visión de lejos (zona superior de la lente) y de cerca (zona inferior). Son para aquellos pacientes que además de la presbicia presentan miopía, hipermetropía y/o astigmatismo. Los llamados ocupacionales tienen la parte de arriba del cristal que se utiliza para la visión a distancias intermedias y la parte de abajo para distancias próximas. Están especialmente indicados para quienes pasan muchas horas delante de la computadora.

Por último, los lentes progresivos o multifocales cambian progresivamente la graduación para corregir tanto la visión cercana, como intermedia y lejana.

¿La presbicia se puede operar? La respuesta es sí, se puede.

Actualmente, el avance en cirugía refractiva permite corregir la presbicia para reducir la dependencia de gafas o lentes de contacto en nuestros pacientes. Las principales técnicas que se utilizan son la cirugía láser, que consiste en moldear la córnea para modificar su asfericidad (curvatura) y aumentar la profundidad de foco, compensando así la pérdida de acomodación del cristalino. Esta técnica tiene como inconveniente que si en la evolución el paciente desarrollara cataratas, lo cual es bastante frecuente, dificultará el cálculo del lente intraocular a implantar en la cirugía.

También existen los implantes de lentes intraoculares, que consisten en sustituir el cristalino por una lente artificial que podrá ser monofocal, monofocal plus, de rango extendido o multifocales. Esta es nuestra técnica de elección cuando está indicada ya que es definitiva, puede indicarse en los pacientes que tienen cataratas que además se les tratará la presbicia, y en aquellos que aún no la tengan, no la tendrán. Tanto el tipo de lente a implantar como el momento de hacerlo (edad del paciente) dependerán del estado refractivo de la persona, es decir si es miope, emétrope o hipermétrope.

Este tipo de cirugías además son capaces de tratar el astigmatismo si está presente en nuestros pacientes. Los lentes multifocales darán al paciente una buena visión tanto de cerca, intermedia y larga distancia. Los de rango extendido o monofocales plus darán una buena visión lejana y de distancia intermedia y no tanto de cerca. Sin embargo, tendrán menor distorsión en la visión nocturna para la conducción que los multifocales. Recordemos la importancia que tiene hoy en día la llamada “distancia intermedia” quizás más importante aún hoy que la distancia cercana a diferencia de hace tiempo atrás, ya que esta distancia es la que utilizamos para utilizar una computadora, un celular, para el panel de conducción de un auto etc. Como vimos, las opciones de tratamiento de la presbicia son muchas y la elección de la misma dependerá de la actividad de nuestros pacientes, su edad y su estado refractivo. Es importante, por todo lo antes dicho, consultar a su médico oftalmólogo para discutir juntos cuáles serán sus mejores opciones de tratamiento.

CONOCÉ A NUESTRA COLUMNISTA
Paola Pacheco.

Médico Cirujano Oftalmologo. Especialista en superficie ocular, catarata, córnea y cirugía refractiva. Presidente de la SUCRYC (Sociedad Uruguaya de Catarata, Cirugía Refractiva y Córnea).

Está en Instagram como @corneauruguay

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