Primer mural uruguayo en Brasilia: una estación del metro pintada con escenas típicas de nuestro país

La obra del artista Damián Ibarguren reúne pequeños momentos alegres de la cultura uruguaya y representa la felicidad de lo simple.

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Damián Ibarguren pintando el mural en la estación de metro de Brasilia.
Foto: Cortesía Damián Ibarguren.

Un pedacito de Uruguay da vida a la Estación 106 Sul do Metrô-DF de Brasilia, la capital federal de Brasil. Un mural creado por el artista Damián Ibarguren Gauthier evoca nuestro país e invita a dejarse llevar por las escenas que lo conforman: niños de túnica y moña azul camino a la escuela, amigos que comparten un asado, otros que disfrutan el campo y la playa. “Es llevar parte de Uruguay a la gente de allá, que vea algo diferente, que se anime a ver otras cosas”, expresó el pintor.

La obra –bautizada O trem do caipira vem do Uruguai– se inauguró el 24 de noviembre y fue un regalo de la Embajada de Uruguay a los habitantes de la capital brasileña. Es el único mural pintado por un artista uruguayo en Brasilia.

La idea del mural.

El arte de Damián nace de lo simple: una frase, un deseo, un recuerdo. En particular, este mural partió de una idea que había tenido diez años atrás, cuando vio a un padre rumbo a la escuela con dos niños en bicicleta, con la túnica blanca y la moña azul. “Cuando los vi pasar, quise que eso quedara en algún muro; la felicidad, los gurises. Esos momentos alegres que son mínimos y gratis”, expuso.

Crear un mural no es lo mismo que un cuadro. “Cuando pinto un cuadro, lo hago exclusivamente para mí, no sé qué pasará con la obra”, dijo Damián. Por el contrario, al hacer un mural, sabe que su obra debe llamar la atención para que los transeúntes se detengan, lo miren y lo vivan. “Lo lleno de detalles y cuentos en paralelo así los usuarios del metro pueden seguir descubriéndolo cada día, a lo largo de meses o años”, contó sobre su última creación.

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Damián Ibarguren pintando el mural en la estación de metro de Brasilia.
Foto: Cortesía Damián Ibarguren.

El objetivo es que se encuentre algo nuevo cada vez que se mire el mural. Eso “dependerá del humor de cada persona, un día estás feliz y ves una cosa, otro día estás triste y percibís otra”, remarcó. También juega una cuota de casualidad –o no–, porque, al ser en el metro, lo que cada uno aprecia “dependerá de la puerta en que se baja”.

Arte en proceso.

Damián considera que cada mural “es una fiesta, una alegría”. Pintó durante ocho días el de la estación de Brasilia –desde las 9.00 hasta las 17.00 horas– y le gustó mucho porque era grande, la pared estaba en buenas condiciones y estaba protegido del sol y el calor.

Comenzó con un boceto donde proyectó la estructura general: la bicicleta con los tres personajes principales, las casas, los vecinos saludando, la costa, el faro. Pero, en el arte, como en la vida, surgen imprevistos. “Cuando llegué, la pared resultó ser más grande de lo que pensaba, y tuve que agregar toda la parte derecha del mural”, contó.

Los primeros días fueron los más desafiantes. “Al principio uno piensa no terminaré nunca, para qué me metí en esto, seré la vergüenza de todos los artistas uruguayos”, confesó. No obstante, en cierto punto, “uno le gana al mural y está más confiado de que podrá terminarlo”. Una vez que alcanzó esa confianza, se embarcó en la aventura de improvisar el lado derecho de la obra: “Tenía que descubrirlo ahí, crearlo en el momento, y para eso debía estar bien, descansado, tranquilo”.

Unos días antes de la inauguración, el embajador Guillermo Valles se acercó a ver el mural y de inmediato lo vinculó con la canción O trenzinho do caipira del director de orquesta y compositor brasileño Heitor Villa-Lobos. En ese ida y vuelta con el artista, surgió la idea del nombre de la obra: O trem do caipira vem do Uruguai.

Desde la embajada, agradecen el apoyo de Metrô-DF, el Gobierno del Distrito Federal y los funcionarios de la Estación 106 Sul. Además de Valles, el día de la inauguración estuvieron presentes el secretario de Relaciones Internacionales del Gobierno del Distrito Federal (GDF) Paco Britto, el director-presidente del Metrô-DF Handerson Cabral, y otros representantes de las instituciones involucradas.

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Damián Ibarguren.
Foto: Cortesía Damián Ibarguren.

De Uruguay al mundo: viajes y proyectos.

Damián nació en Fray Bentos, Río Negro, y se dedica a la pintura y el muralismo. También es dibujante técnico, modelador 3D y animador. Su arte ha llegado a países como Argentina, Suecia, España, Irlanda y Líbano. En este último pintó varios murales; el primero de ellos fue en la escuela Uruguay de Beirut, la capital libanesa, e incluyó escenas típicas del Uruguay rural. También hizo murales en Colombia y Costa Rica.

En sus primeros años como artista, conoció al pintor uruguayo Gustavo Alamón. “Él me decía no te harás millonario con esto, pero irás a lugares que no llegarías de otra forma, y es tal cual”, contó Damián.

En adelante, tiene proyectos en Argentina, Suecia y Francia, y también saldrá algo más en Brasil, “porque siempre que uno va, surgen otras cosas”. Sin embargo, no hay plazos definidos. “Con este proyecto de Brasilia estuvimos tres años en tratativas. Son cosas que llevan su tiempo”, señaló.

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