O Globo - GDA
La rutina de cuidado y tratamientos para la piel, el "skincare", se ha convertido en parte de las prácticas de autocuidado desde hace algunos años. Ahora, el nicho de "autocuidado íntimo", enfocado en la región de la vulva y sus particularidades, ha ganado espacio como una extensión de esta tendencia.
No pasó mucho tiempo para que el mercado se sumara a esta moda y comenzara a ofrecer alternativas como desodorantes y perfumes íntimos, cremas e hidratantes para la zona genital. Aunque la motivación puede parecer positiva, esta práctica puede llevar a que las mujeres desarrollen más inseguridades sobre su cuerpo y consuman productos que pueden ser perjudiciales para la vulva y la vagina.
En redes sociales, contenidos con etiquetas como #productosdehigienefemenina y #higienefemenina acumulan más de 30 millones y 1.4 millones de visualizaciones en TikTok, respectivamente. Usualmente, influencers de belleza comparten productos, "trucos" y maneras de disimular el olor íntimo femenino. Otras enseñan cómo hacer la vulva más atractiva, eliminar el vello y “desintoxicar el útero”.
Según la ginecóloga y obstetra Carolina Alves, la vagina tiene naturalmente un pH ácido que la protege contra infecciones. El uso de productos íntimos puede alterarlo, lo cual aumenta el riesgo de infecciones bacterianas y fúngicas. La profesional explica que la zona íntima femenina tiene la capacidad de “autolimpiarse”, por lo que basta con agua y jabón neutro.
"Algunos de estos productos contienen alcohol y otros ingredientes irritantes, lo que puede causar molestias, picazón e irritación. El riesgo es mayor para quienes tienen piel sensible", advierte.
Carolina reconoce que culturalmente existe una asociación entre la "percepción genital femenina y la suciedad". Frecuentemente, la profesional se encuentra con pacientes que buscan métodos para disimular características naturales de la vulva.
"Muchas mujeres intentan disimular su olor natural usando alimentos, plantas y medicamentos como cremas, pomadas y pastillas. Son intentos de eliminar bacterias que forman parte de la flora vaginal, lo que desequilibra el pH y puede causar problemas psicológicos. Es una búsqueda de algo que no existe", concluye.
La sexóloga Mariah Prado, de 29 años, tuvo una relación difícil con su sexualidad. Durante su adolescencia, observó que su genital era diferente de las que aparecían en películas para adultos: las vulvas eran "simétricas y claras", sin cicatrices ni vello, describe. Mariah empezó a sentirse insatisfecha con su propia intimidad.
"Cuando inicié mi vida sexual, comencé a sentirme insegura respecto al olor y al sabor. Cuando comencé a tocarme, noté que eran distintos del resto de mi cuerpo. No permitía a mis parejas hacerme sexo oral. No tenía a nadie con quien hablar de esto", lamenta la profesional, fundadora de la plataforma de educación sexual femenina Share Your Sex (SYS).
"Probé desodorantes íntimos, pero me sentía insegura usándolos. Tenían olores muy artificiales y extraños. No quería enmascarar con un olor aleatorio, solo quería un olor "natural", pero que fuera agradable. Luego, descubrí que ya lo tenía, solo que no lo sabía".
Ante el crecimiento de la categoría de cosméticos íntimos, la educadora sexual Clariana Leal considera que se debe encontrar un equilibrio. Es positivo que las mujeres comiencen a cuidar su intimidad y se den placer, pero deben ser conscientes de cómo aplican ese autocuidado en su día a día. No siempre el consumo es la mejor vía.
"Debemos ser muy cuidadosas. No dejan de surgir productos para que las mujeres se vuelvan cada vez "mejores". Si observamos la cantidad de productos estéticos femeninos en comparación con los masculinos, la disparidad es absurda", reflexiona.
Por su parte, la ginecóloga Carolina Alves enfatiza que el deseo de hacer más atractiva la genital puede perjudicar la percepción femenina del cuerpo.
"Los productos que enmascaran el olor de la vagina pueden impedir que la mujer note condiciones de salud que requieren atención médica. Evítelos. Al notar cualquier cambio, acuda a un profesional para el seguimiento adecuado", recomienda la especialista.
Según Carolina, el olor vaginal contiene feromonas, una sustancia química capaz de "atraer realmente a una pareja". Es decir, permite la comunicación sexual entre los cuerpos.
La psicóloga Laura Meyer, vicepresidenta de la Sociedad Brasileña de Estudios en Sexualidad Humana (SBRASH), observa una resistencia y rechazo frecuente hacia las partes íntimas por parte de las pacientes. La inseguridad se traduce en la vida sexual, especialmente en la inhibición de prácticas orales.
"El perfume anula un olor que es importante para el sexo oral. Existe la idea de que la vulva tiene un mal olor. Pero es algo excitante para quien lo disfruta", refuerza.
La relación mujer-vulva
La flora vaginal es muy delicada y puede desregularse fácilmente, explica la educadora sexual Clariana Leal. Por esta razón, insiste en la importancia de ingredientes y formulaciones diseñadas especialmente para la zona íntima y en la realización de pruebas ginecológicas. Sin embargo, la sexóloga advierte sobre los perjuicios de los cosméticos que enmascaran las características naturales del cuerpo femenino.
"Perfumes y productos estéticos que buscan hacer que la vulva parezca más atractiva, especialmente para los hombres, son señales de alerta. La vulva tiene su propio sabor y olor. No sirve de nada intentar imponerle un olor artificial. No concuerda con la realidad", afirma Clariana.
Formulaciones como hidratantes y aceites para la zona de la ingle, por ejemplo, son bien valoradas por la profesional. Esta es una zona sensible y que, generalmente, sufre fricción debido a la depilación, tejidos sintéticos y prendas ajustadas. Para la región interna de la vulva, recomienda el uso de lubricantes, especialmente en casos de sequedad crónica.
Bien consigo misma tras superar la auto-rechazo de su vulva, la sexóloga Mariah Prado asegura que hay mujeres que solo se sentirán seguras y cómodas usando algún producto, y eso está bien. En sintonía con la valoración de Clariana, la especialista recomienda entonces que busquen fórmulas naturales y saludables.
Por otro lado, la terapeuta sexual Laura Meyer reflexiona sobre los hábitos íntimos saludables. "Muchas veces, la mujer no mira su propia vulva. Debe tomar un espejo y apreciarla. No hay vulva correcta o incorrecta, bonita o fea. Cada mujer tiene la suya. Los genitales son únicos. Son como huellas digitales".
Clariana sugiere que la mejor forma de entender la intimidad femenina comienza con la propia mirada de la mujer. Es un proceso de liberación de los estigmas relacionados con los estándares estéticos impuestos a las mujeres. "Es importante observarla con curiosidad. No hablo aún de buscar inmediatamente una mirada erótica o de belleza, sino de familiarizarse con los pliegues, la textura y los colores", describe.
La educadora ofrece una segunda vía para el autoconocimiento femenino. "Existen ejercicios de "mapeo de la vulva". A través de una meditación guiada, la mujer toca la zona con lubricante y la explora. Reconectarnos con nuestra intimidad no es un camino lineal. Ocurre poco a poco".