Punta de diamante y peeling químico, dos opciones para dejar la piel limpia y suave antes del verano

El puntapié inicial de todo procedimiento es higienizar la piel, renovarla y planificar un tratamiento en domicilio. Sin importar la época del año, la higiene es la base de todo proceso.

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Mujer haciéndose un peeling
Foto: Freepik

El invierno es la época ideal para realizar determinados tratamientos estéticos y reducir las probabilidades efectos secundarios no deseados. La menor exposición al sol, entre otros factores, brinda mayor tranquilidad -tanto al paciente como al profesional responsable- a la hora de realizar procedimientos más profundos que generan cambios importantes en la piel.

Uno de ellos es el peeling químico. En este se realiza la aplicación de sustancias químicas sobre la piel para renovar sus capas y poder así eliminar imperfecciones y favorecer un color uniforme. Este tratamiento mejora y suaviza la textura de la piel.

Siempre se realiza con una evaluación previa para saber si tu piel lo necesita y si está en condiciones para recibirlo.

En él utilizamos diferentes tipos de ácidos en función de los resultados buscados, del tipo de piel, del estado cutáneo, de la edad y del historial clínico de nuestro paciente.

De acuerdo a mi experiencia, puedo decirles que todas las pieles se ven beneficiadas por esta técnica pero está en el arte de cada profesional saber elegir qué tipo de Peeling usar, a qué concentración, por cuanto tiempo y cada cuanto realizarlo.

Resulta además fundamental educar al paciente en cuanto a los cuidados previos y posteriores a su realización, todo ello contribuye al éxito de la técnica.

Otro de los tratamientos que pueden hacerse es el de Microdermoabrasión o punta de diamante. Se trata de un procedimiento no invasivo que consiste en un Peeling mecánico realizado por un aparato, que tiene como función exfoliar en forma profunda la piel para estimular la renovación celular. No genera ningún daño en la piel ni tampoco dolor.

Este tratamiento se realiza con unas puntas recubiertas con partículas de diamante de diferentes tamaños y un sistema de aspiración suave. Las puntas se deslizan sobre la superficie de la piel y el sistema de succión aspira las células muertas superficiales.

Los beneficios que aporta son estimular la producción de nuevas células que generan un efecto rejuvenecedor desde la primera sesión. La piel queda más suave, luminosa y libre de imperfecciones.

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Mujer haciendose un tratamiento facial
Foto: freepik

Si tu piel necesita estos beneficios, la microdermoabrasión puede ser el tratamiento que estás necesitando.

Ambas técnicas son fantásticas para mantener la piel limpia y suave. Podemos realizarlas en rostro, cuello, escote, manos y espalda.

Los resultados obtenidos son muy similares: la decisión de realizar uno u otro está condicionada a las necesidades de cada paciente.

La piel saludable y cuidada tiene un brillo especial. El puntapié inicial de todo procedimiento es higienizar la piel, renovarla y planificar un tratamiento en domicilio. Sin importar la época del año en curso, la higiene es la base de todo proceso que se inicia en el consultorio. Consultá con un profesional de la piel para mantenerla sana y radiante.

Siempre marco la importancia de planificar qué tratamientos haremos para aprovechar al máximo los tiempos de menor exposición solar y encarar procedimientos más intensos, sin tener ningún efecto secundario no deseado.

* Cosmetóloga médica.

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