El acné facial toma diferentes formas, y una de ellas son los conocidos puntos blancos o espinillas blancas. Son causados por la acumulación de sebo y células muertas en los poros de la piel.
Cuando el sebo y las células muertas de la piel se acumulan en un poro, pueden obstruirlo. Si la obstrucción está cerca de la superficie de la piel, aparece un punto blanco. Si la obstrucción está más profunda en el poro, aparece un punto negro.
Los puntos blancos son más comunes en la piel grasa y en personas con piel propensa al acné. También pueden ser causados por el uso de productos para el cuidado de la piel que obstruyen los poros.
El tratamiento de los puntos blancos implica una buena higiene de la piel y el uso de productos para el cuidado que contengan ingredientes como ácido salicílico y peróxido de benzoilo. También pueden recetarse medicamentos tópicos o sistémicos por un médico, dependiendo de la gravedad del acné.
En general, los puntos blancos son una forma leve de acné y no suelen ser peligrosos para la salud. Sin embargo, en algunos casos, pueden ser un signo de un trastorno más grave de la piel o del sistema endocrino y requerir atención médica.
Es importante no apretar o exprimir los puntos blancos, ya que esto puede causar inflamación e infección. Si los puntos blancos se inflaman y se infectan, pueden causar espinillas y pústulas. En casos más graves, pueden formarse quistes y nódulos, que pueden ser dolorosos e incluso causar cicatrices permanentes.
Además, si hay una gran cantidad de puntos blancos o si éstos se extienden por toda la cara o el cuerpo, es posible que tenga una afección más grave como la acneiforme, una enfermedad de la piel que puede ser causada por ciertos medicamentos o exposición a sustancias tóxicas.
Si tiene puntos blancos persistentes o dolorosos en la piel, debe consultar a un dermatólogo para obtener más información sobre el tratamiento adecuado.
(Por El Tiempo GDA)