Puntos negros o comedones abiertos: ¿qué son, por qué aparecen y cómo tratarlos de manera efectiva?

Los puntos negros, o comedones abiertos, son pequeñas imperfecciones que aparecen cuando el sebo y las células muertas de la piel se acumulan en los poros.

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Eugenia Posente extrayendo puntos negros
Eugenia Posente extrayendo puntos negros
Foto: Eudermia

Los puntos negros, conocidos también como comedones abiertos, son una de las preocupaciones estéticas más frecuentes entre quienes buscan mantener una piel limpia y saludable. Aunque pueden parecer inofensivos, su presencia puede generar incomodidad y afectar la autoestima.

Para comprender mejor este fenómeno cutáneo, es esencial explorar su origen, sus características y, sobre todo, cómo prevenir su aparición y tratarlos de manera efectiva.

Cada poro de nuestra piel es una abertura a un canal conocido como folículo, que contiene un pelo y una glándula sebácea responsable de la producción de sebo. Esta sustancia aceitosa, compuesta por lípidos, ceras y grasas, tiene una función fundamental: cubrir, lubricar, hidratar y proteger la piel. Sin embargo, en algunas personas, la producción de sebo puede ser excesiva, lo que puede llevar a problemas cutáneos.

El sebo, combinado con las células muertas de la piel, puede acumularse en los poros, formando un tapón que se oxida al contacto con el aire. Este proceso es lo que da lugar a los puntos negros. Estas pequeñas imperfecciones se caracterizan por su color oscuro y su ligera elevación sobre la piel.

Los puntos negros suelen aparecer con mayor frecuencia en la zona T del rostro, que incluye la nariz, el mentón y la frente. Sin embargo, también pueden manifestarse alrededor de los labios, las orejas, la espalda y el pecho. Esta distribución se debe a la mayor concentración de glándulas sebáceas en estas áreas.

Prevención

Para prevenir la aparición de puntos negros, es fundamental establecer una rutina diaria de cuidado de la piel. Los tres pasos básicos son la higiene, la hidratación y la protección solar.

Mantener la piel limpia y equilibrada es clave para evitar la acumulación de sebo y células muertas.

1. Higiene: Lavar la cara dos veces al día con un limpiador suave ayuda a eliminar el exceso de sebo y las impurezas. Se recomienda utilizar productos específicos para cada tipo de piel, evitando aquellos que contengan ingredientes comedogénicos.

2. Hidratación: Es un mito que las pieles grasas no necesitan hidratación. Optar por un hidratante ligero y libre de aceites puede ayudar a mantener el equilibrio cutáneo sin obstruir los poros.

3. Protección solar: Aplicar un protector solar adecuado a diario es crucial para proteger la piel de los daños solares y prevenir el envejecimiento prematuro. No olvides que hay protectores solares en gel o líquidos que son ideales para pieles grasas.

Además de estos pasos, es recomendable incluir exfoliantes en la rutina. Los exfoliantes químicos, como el ácido salicílico y el retinol, pueden ser muy efectivos.

El primero, un beta hidroxiácido, disuelve el exceso de sebo y tiene propiedades antisépticas y antibacterianas que mantienen los poros limpios. Por otro lado, los retinoides ayudan a reducir la producción de sebo y promueven la renovación celular.

Sin embargo, es fundamental ser cauteloso. Recordá: no deben usarse exfoliantes agresivos ni astringentes sin la indicación de un profesional, ya que pueden irritar y lastimar la piel.

Asimismo, deben evitarse las tiras para extraer puntos negros y las máquinas de succión disponibles en el mercado, ya que su uso puede resultar perjudicial y contraproducente.

Extracción de puntos negros
Extracción de puntos negros
Foto: Eudermia

Profesionales

Una de mis recomendaciones más importantes es realizarse con regularidad limpiezas faciales y extracciones mecánicas en manos de profesionales capacitados. La higiene facial profunda ayuda a eliminar impurezas y puntos negros de manera segura.

Intentar extraer los puntos negros por cuenta propia es un error común que puede derivar en problemas mayores.

Es fácil causar daños en la piel, como manchas o cicatrices, al intentar hacer estas extracciones sin el conocimiento adecuado.

Mantener la piel libre de puntos negros es un desafío que requiere constancia y atención. La clave está en seguir una rutina de cuidado adecuada, utilizar productos específicos y, cuando sea necesario, recurrir a tratamientos profesionales. De esta manera, no solo se mejora la apariencia de la piel, sino que también se potencia la salud cutánea en general.

La prevención es la clave para evitar su aparición

Para prevenir su aparición, lo indicado es seguir los siguientes pasos y acciones:

  1. Higiene diaria: Limpiá tu rostro dos veces al día con un limpiador adecuado para tu tipo de piel.
  2. Hidratación: Usá un hidratante ligero y libre de aceites, incluso si tu piel es grasa.
  3. Protección solar: Aplicá protector solar a diario para proteger la piel de daños solares.

Es importante considerar la incorporación a tu rutina de cuidado facial de exfoliantes químicos como el ácido salicílico o el retinol para mantener los poros limpios.

Evitá los exfoliantes agresivos y las tiras para puntos negros, que pueden dañar la piel.

Realizá limpiezas faciales y extracciones con profesionales para evitar complicaciones.

Nunca intentes extraer puntos negros por tu cuenta ya que podrías causar manchas o cicatrices. Mantener una piel saludable requiere constancia y cuidado.

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