¿Qué aprender del caso Silvina Luna? Las cirugías estéticas también deben abordarse con responsabilidad

Los pacientes tienen el derecho y el deber de involucrarse activamente en las decisiones sobre su salud; para que sea posible, los médicos tienen la responsabilidad de asesorarlos

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Silvina Luna.
Foto: Captura de Instagram @silvinalunaoficial.

Por Lucía Torroba Werner
Mucho se ha hablado estas últimas semanas sobre la salud de Silvina Luna, la modelo, actriz y conductora argentina que está en CTI. Es un tema delicado, y complejo. Pero si algo podemos aprender de todo esto, es a comprender que las cirugías estéticas también deben ser abordadas con la misma responsabilidad y humanidad que cualquier otro tema de salud.

Los pacientes tienen el derecho y el deber de involucrarse activamente en las decisiones sobre su salud. Para que esto sea posible, los médicos tenemos la responsabilidad de asesorarlos con toda nuestra formación y conocimiento. Adquirir esa formación no es un camino fácil: se invierten años de carrera, estudios, aprendizaje de técnicas, actualizaciones en tratamientos, y se destinan muchos recursos, físicos, psicológicos y económicos para que eso suceda.

En Uruguay, la especialidad en cirugía plástica, reparadora y estética es la única en donde se forman cirujanos en cirugía estética. Adquirir destrezas técnicas para ser capaces de modificar el cuerpo de una persona, no es sinónimo de operar a cualquier costo. Tenemos el enorme compromiso y la responsabilidad de que esto suceda de la manera más segura posible.

Existen tres elementos que aumentan significativamente la seguridad para una cirugía estética, y disminuyen muchos riesgos: un paciente informado que comprenda el tratamiento al cual se va a someter y su finalidad; un cirujano formado, especializado y acreditado para realizar ese tratamiento; y un recinto habilitado, que cumpla con todos los requisitos para llevar adelante una cirugía y también para resolver sus eventuales complicaciones.

Por otro lado, el concepto de belleza históricamente fue (y seguirá siendo) un tema muy discutido, subjetivo, y lleno de controversias. Esto ayuda a que el ámbito de la cirugía estética lamentablemente se preste a malentendidos, presiones, y también a oportunistas: personas que no están capacitadas o autorizadas a ofrecer los tratamientos que ofrecen, materiales que no son medicamentos, y productos que evaden la regulación sanitaria.

Silvina Luna dijo que todo esto “fue una mala decisión y me ocasionó muchas dificultades que todavía sigo enfrentando”. Tal vez el último aprendizaje de esta columna es que admitir algo así, requiere mucho valor. Nos demuestra una vez más, que quien queda en medio de todos estos problemas, es el paciente. Y lo que sucedió es la forma más clara de evidenciarlo: una cirugía con materiales no autorizados, en manos de un cirujano no especializado en cirugía plástica, e ideales y deseos de belleza que van muy en contra del concepto de salud y bienestar que los médicos deberíamos promover.

Conocé a nuestra columnista

Lucía Torroba Werner

Lucía Torroba

Especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética
Magíster en dirección de empresas de Salud
Migrante y mamá

Podés encontrar estos y otros consejos en su cuenta de Instagram.

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