La Educación Somática trae un nuevo modo de concebir al cuerpo. En general, solemos reconocerlo como nuestro medio de transporte, nuestro reservorio de energía, nuestro pincel para pintar el mundo. Todo lo anterior es importante; sin embargo, limitarnos a esta visión instrumental nos aleja de nuestro verdadero potencial.
Body-Mind Centering®.
La Educación Somática es un proceso de aprendizaje y transformación a través de la percepción del propio cuerpo. Abarca un amplio abanico de técnicas; entre ellas, el Body-Mind Centering® (BMC), creada por la estadounidense Bonnie Bainbridge Cohen.
Uruguay fue el segundo país de Latinoamérica en contar con esta formación específica —el primero fue Brasil— y su impulsora fue Ema Leticia Falkin, bailarina, instructora de pilates y directora administrativa del Programa Uruguayo de Body-Mind Centering®.
BMC se caracteriza por la idea de corporeizar los sistemas fisiológicos del cuerpo: huesos, músculos, órganos, fluidos. Se trata de explorar cada sistema a través de recursos como la voz, el contacto manual, el movimiento e incluso imágenes y esquemas sobre la anatomía del cuerpo humano. Así, procura desarrollar el estado de presencia y consciencia.
Como su nombre lo indica, este enfoque consiste en centrar cuerpo y mente, es decir, “trabajarlos como una unidad”, señaló Falkin. Y agregó: “No se trata de mente en el sentido de cerebro o pensamiento, sino de la consciencia que cada sistema del cuerpo tiene”. De esta manera, somatizar significa “dejar que el propio cuerpo nos hable” a partir de su ‘consciencia’ o ‘percepción’.
La bailarina lo explicó así: “El campo de la Educación Somática entiende al cuerpo como algo vivo, no como un objeto. En BMC cada célula se hace consciente de sí misma, cada tejido se despierta a sí mismo, y puede expresarse con mayor libertad”.
El método trae mayor comodidad en el propio cuerpo, mayor libertad a la hora de movernos y, en consecuencia, mayor salud y bienestar, sostuvo Falkin. Se aplica especialmente en ámbitos como yoga, danza o teatro, así como en psicomotricidad y terapias de desarrollo personal. Las clases pueden abordarse con herramientas como exploraciones guiadas, imágenes, movimientos y contacto físico con nosotros mismos y los demás.
“Aumentar la consciencia es importante para dejar de funcionar como autómatas. Todos tenemos patrones de movimiento, pensamiento o comportamiento que adquirimos a lo largo de la vida y en la medida que somos conscientes de ellos, podemos transformarlos”, aseguró.
Falkin creó el Programa de Educación Somática (Instagram: @pesomatica) que funciona con un equipo docente de distintas áreas de la Educación Somática. También da clases individuales de Body-Mind Centering®. La página web de la formación es: www.bodymindcenteringuruguay.com.
Método Feldenkrais.
Otra técnica, que incluso fue creada antes de que empezara a usarse el término Educación Somática, es el Método Feldenkrais. A través de ejercicios suaves que involucran el movimiento y el contacto con el propio cuerpo, se busca potenciar la percepción sensorial, es decir, conectar con los sistemas corporales y las sensaciones desde un lugar más sutil.
Sabrina Lastman es vocalista, docente y profesora del Método Feldenkrais. “Cuando caminamos, posiblemente ni nos fijamos en los omóplatos o el esternón, pero cuando empezamos a adentrarnos en este trabajo de Autoconciencia a Través del Movimiento (ATM), podemos ampliar nuestra autoimagen”, expresó. Moshe Feldenkrais, creador de la disciplina, entendía que las funciones del cuerpo pueden mejorarse al aumentar el control motor y la sensopercepción.
A modo de ejemplo, Lastman comentó: “Si entendemos cómo la ingle puede distender la musculatura de alrededor, podemos sentirnos más estables, respirar y caminar mejor, y nos duele menos el cuerpo”. En la misma línea, Claudia Bejar, actriz, docente y profesora del Método Feldenkrais, sostuvo: “Cada uno aprende a vivir con mayor comodidad, sin dolor, sin contracturas, sin molestias y utilizando su mayor potencial psicofísico”.
Muchas personas acuden a las clases (ATM) o las sesiones individuales (Integración Funcional) para calmar dolores, corregir problemas posturales o recuperarse luego de una cirugía o lesión. También se trabaja con cuestiones neurológicas como parálisis cerebral y dificultades de aprendizaje o de movilidad. A su vez, se aplica con frecuencia en las artes para, por ejemplo, mejorar la presencia escénica.
Para Bejar (Instagram: @claudiabejar1), trabajar la sensopercepción es importante para dejar de ver el cuerpo como un objeto y pasar a verlo “desde dentro”. Así, “aprendemos a utilizar todo nuestro potencial neuromuscular, esquelético, postural e incluso emocional y creativo”, afirmó.
Bejar da clases en la Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático (EMAD) y de forma privada, tanto a nivel grupal como individual. También es directora de Inteligencia del Movimiento Uruguay, una formación que está inspirada en la Educación Somática y el Método Feldenkrais. Por su parte, Lastman (Instagram: @sabrinalastman) ofrece sesiones individuales y dicta clases grupales en el Centro Tiféret.
Cuerpo y mente: dos piezas del mismo puzzle.
La Educación Somática se caracteriza por concebir al ser humano como un todo. De hecho, uno de los pilares de técnicas como Body-Mind Centering® y Método Feldenkrais es la relación cuerpo-mente. Moshe Feldenkrais fue pionero en la investigación de esta interconexión, señaló Bejar.
En línea con lo anterior, Lastman hizo referencia a la siguiente cita de Feldenkrais: “A través de la toma de conciencia podemos aprender a movernos con ligereza y con una sorprendente libertad, y mejorar nuestra condición en la vida, no solo físicamente sino también emocional, intelectual y espiritualmente”. Esta frase es representativa de su pensamiento, señaló Lastman, en tanto indica que el movimiento afecta a todas las dimensiones del individuo.
Por su parte, Falkin trajo una cita de Bonnie Bainbridge Cohen, fundadora de Body-Mind Centering®: “La mente es como el viento y el cuerpo como la arena: si querés ver cómo sopla el viento, podés mirar la arena”. En otras palabras, mente y cuerpo son parte de lo mismo y están en constante diálogo. Cada uno deja sus huellas en el otro.