Los riñones son los encargados de eliminar el exceso de líquidos y los residuos que resultan del proceso de metabolismo de nuestro organismo. También ayudan a mantener el equilibrio de sustancias químicas como sodio, potasio y calcio. Tienen una figura similar a la de un frijol y están conectados con la arteria renal.

Estos órganos cumplen un rol fundamental en la prevención de la hipertensión, ya que el exceso de líquidos puede incrementar la presión en las paredes arteriales y es allí cuando los riñones entran como apoyo para la excreción de fluidos.

Su anatomía se divide en tres fracciones importantes: las caras, los bores y los polos. Las caras son las capas que recubren al riñón y se dividen por un borde cóncavo medial y un borde convexo lateral. En el borde medial está una de las estructuras más importantes del riñón, que es el hilo que conecta a la arteria renal con el resto del órgano. Asimismo, ambos riñones tienen una estructura denominada 'polo' que se encarga de la conexión con la glándula suprerrenal.

Mantener hábitos saludables es importante para evitar enfermedades como la insuficiencia renal, una afección que provoca que los riñones no puedan realizar sus funciones básicas.

Existen dos tipos: insuficiencia renal aguda, que se origina de manera repentina y suele ser reversible; y crónica, en la que el daño evoluciona de forma lenta a lo largo de los años y puede derivar en otros problemas de salud como presión arterial alta, enfermedad cardíaca o diabetes.

Los niveles de azúcar en sangre muy elevados pueden llevar a una complicación renal, por lo que se recomienda reducir su consumo. Otro factor que puede afectar el funcionamiento de los riñones es la hipertensión arterial. A su vez, el sobrepeso, el tabaquismo, el alcoholismo y no beber suficiente agua a diario puede dañar significativamente estos órganos.

(Por El Tiempo GDA)