Redacción Alcance Digital, El Tiempo/GDA
La fimosis se trata de la estrechez de la piel que rodea el glande dificultando la visualización del prepucio. Es muy común en los recién nacidos y suele resorlverse antes de los cinco años, pero puede sucederle a los adultos, lo que aumenta el riesgo de infección urinaria, cáncer de pene, HIV e infecciones de transmisión sexual.
En los adultos puede deberse a inflamaciones del glande y el prepucio frecuentes, como consecuencia de una infección o por el uso de jabones muy agresivos para la higiene.
Existen tres tipos de fimosis:
Puntiforme, cuando el estrechamiento del prepucio se sitúa únicamente en la parte del orificio mientras que el resto mantiene un aspecto normal, lo que puede generar dificultades al orinar.
Cicatricial, cuando la parte exterior de la piel del orificio del prepucio se endurece o engrosa, generalmente como consecuencia de episodios previos de balanopostitis.
Anular, como se califica a todos los casos que no caben en las clasificaciones anteriores, pero que no permiten la salida del glande y no dejan a la piel retraerse.
En cualquier caso, lo que se recomienda es que se cuide la higiene y se retraiga la piel del pene un poco para hacer la limpieza. "Nunca hay que dar tirones, puesto que puede producir dolor y cicatrices permanentes", describe Sanitas en su blog.
La fimosis no produce síntomas ni molestias especiales, por lo que se puede convivir con ella incluso años, de acuerdo con el sitio web de 'Quiron Salud', pero en otros casos los pacientes tienen molestias durante el coito.
También puede sentir picor y dolor por las grietas que se producen en la punta de la piel del prepucio; asimismo puede causar infecciones urinarias y problemas en la micción.
Esta dolencia puede confundirse con la parafimosis, cuando la piel de un prepucio con fimosis se retrae, descubriendo el glande y después resulta imposible que vuelva a su posición normal. En este caso es imprescindible acudir a urgencias para solucionar el problema, describe el urólogo Andrés Rodríguez en su blog.
La solución más eficaz para la fimosis es la operación de circuncisión, siendo el método más sencillo y con menores riesgos. Es una operación ambulatoria y con anestesia local. Consiste en extirpar la totalidad del prepucio (la piel que cubre el glande). Este procedimiento se caracteriza por una rápida curación, necesitando apenas unos días de reposo, y por un incremento significativo de la calidad de vida, señala Rodríguez en su página.