El Tiempo / GDA - Por Sofía Arias Martínez
La compatibilidad sexual puede ser un factor fundamental para ciertas parejas. No obstante, cada individuo vive experiencias distintas a lo largo del día y puede llegar a suceder que uno de los dos quiera tener sexo y el otro no.
Esta situación suele resultar con molestias para las dos personas. Pueden aparecer emociones como frustración, sensación de rechazo y desconexión.
Esto podría reflejar una diferencia en los niveles de deseo sexual que necesita ser tratada mediante una comunicación honesta para encontrar un equilibrio que funcione para ambos. De no abordarse, esta situación puede generar tensiones que podrían afectar negativamente la relación.
Cuando hay distintos niveles de libido, la persona que quiere tener relaciones sexuales puede quedar insatisfecha y su pareja puede sentirse presionada.
Al igual como sucede con otros desacuerdos y dilemas, las parejas deben ser capaces de dialogar para solucionar el problema y llegar a acuerdos. Ninguno de los dos debería sentirse incómodo, intimidado o coaccionado.
¿Qué hacer si uno de los dos quiere tener más sexo que el otro?
En el portal de Modern Wellness Counseling, un centro especializado en el tratamiento de la ansiedad, el estrés, los traumas y los conflictos en las relaciones, expertos indicaron cómo lidiar con este dilema.
Cuando usted le dice a su pareja que no quiere tener sexo, puede que sea capaz de escuchar, aceptar y entenderlo. No obstante, igual podría sentirse herido ante el rechazo.
De acuerdo con los especialistas, en estos casos es fundamental brindarle seguridad y recordarle que usted sí siente deseo por su pareja, solo que no siente ganas de tener relaciones sexuales en el momento.
"Dar y recibir esta seguridad a lo largo del día permite la oportunidad de aumentar la intimidad emocional y tener tiempo para simplemente abrazarse o estar físicamente cerca", explicaron.
En caso de que el contacto físico sea la forma cómo su pareja expresa amor, es crucial dialogar sobre cómo cubrir esa necesidad. Una comunicación abierta y sincera puede ayudar a explorar maneras de mantener la intimidad sexual y emocional, asegurando que ambos se sientan valorados y plenos.
A menudo, el rechazo hacia estas muestras de afecto puede ser malinterpretado, especialmente si el contacto físico tiene un significado profundo para la otra persona. Si este rechazo se vuelve habitual, podría dar lugar a sentimientos de frustración o resentimiento acumulado.
Otra situación que podría ocurrir es que usted decida tener sexo, a pesar de no tener ganas. Siempre y cuando sea con su consentimiento, un estudio, publicado en el diario científico 'Social Psychological and Personality Science', encontró que cuando una persona se esfuerza por satisfacer las necesidades sexuales de su pareja con el objetivo de hacerla sentir amada y deseada, ambos integrantes de la relación se benefician.
No obstante, recuerde que debe ser una decisión de la que esté seguro. Esto solo funciona cuando la pareja está dispuesta a satisfacer las necesidades basándose en su propia iniciativa y sin verse obligada a ello.
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