¿Qué significa ser abuelo hoy? De "pasivos" a cada vez más activos

En el día de los abuelos y abuelas, una mirada sobre los cambios en sus roles sociales y culturales. De cuidadores de nietos a ayudar a construir el sentido de pertenencia.

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Nuevos desafíos para abuelos y abuelas.
Canva.

En un futuro no muy lejano, puede que este tipo de notas dejen de hacerse. No porque la condición de abuelo vaya a desaparecer o se convierta en irrelevante. Pero hay dos factores que atentan contra ellas. El primero es que vamos a vivir más años que antes. El promedio de vida seguirá aumentando, y si una aceptable calidad de vida acompaña esa “sobrevida”, el abuelo y la abuela tendrán -al menos en aquellos casos en los cuales la jubilación se los permita- una existencia más activa y plena. Lo cual les quita esa condición, al menos en parte, de “pasivo” que solía asociarse a la última etapa de la vida hasta no hace mucho.

El segundo es uno que vemos de manera cada vez más frecuente: la resistencia al encasillamiento y la generalización. Uno de los grandes debates que se dan en la actualidad tiene que ver con la representación en los medios, series y películas. Grupos sociales minoritarios (y no tanto) se hallan en una lucha a brazo partido contra las maneras hasta ahora imperantes de representarlos. La orientación sexual, la etnia y la nacionalidad son algunas de las clasificaciones que ahora no se pueden hacer de manera irreflexiva, so pena de linchamiento en redes sociales por ejemplo.

Y ahora que el debate sobre el “edadismo” también llegó a Uruguay -que pone en discusión la discriminación contra las personas que ya superaron cierta edad-no pasará demasiado antes que también se empiece a tener que contemplar cómo “los abuelos” reaccionan a las maneras en las que se habla de ellos en los medios de comunicación. En resumen: los cambios en la manera en que se vive la adultez mayor va a determinar la forma en la que se la representa y los términos en los que se habla públicamente sobre abuelos y abuelas.

Hace cuatro años, el medio británico The Guardian le preguntó a sus lectores qué diferencias había entre ser abuelo antes y en la actualidad. Algunas de las respuestas: “Ya no hay que preguntarle nada al abuelo: se googlea y listo”; “Antes, los abuelos le pasaban los conocimientos a los nietos. Hoy, los nietos le enseñan a los abuelos cómo manejar un smartphone”; “Actualmente, uno vive”. De todas maneras, este tipo de cambios no se da de manera abrupta, y puede haber largos períodos en los que las dos maneras de interpretar el mundo y la cultura se superponen y coexisten.

Memoria viva

La psicóloga Fanny Berger publicó hace diez años el libro Ser abuelos hoy, y ella dice que lo hizo porque le parecía que la condición de ser abuelo había cambiado, que no era lo mismo la “abuelez” que cuando ella era nieta. Comenta que cuando se llega a ser abuelo se abren muchas puertas a nivel emocional, en gran parte porque a menudo sobrevienen recuerdos de cuando se llegó a ser padre o madre.

Respecto del libro, Berger cuenta que empezó a pensar en escribirlo cuando recibía ciertas devoluciones a sus columnas o charlas. “Había abuelos que me escuchaban en la radio o en una conferencia, y se contactaban conmigo para contarme de algunos problemas que tenían con sus hijos, referidos a los nietos”. A partir de esas inquietudes, Berger empezó a investigar y llegó a algunas conclusiones. Una fue que los abuelos son una “memoria viva”.

“El sentido de pertenencia se construye a partir de varias cosas, entre ellas los relatos de los abuelos. Saber de dónde viene uno es importante para saber hacia dónde se puede ir. Cuando los abuelos le relatan a los nietos la historia familiar, y cómo se vivía hace más de medio siglo, se contribuye a eso. Y el sentido de pertenencia importa porque este incide en la autoestima”.

Otra conclusión es que los abuelos contribuyen a “valores positivos”, como la solidaridad según Berger. “No es que los padres no contribuyan valores positivos; lo hacen. Es que padres y abuelos están en distintos momentos evolutivos”, dice Berger sobre el hecho de que los padres tienen que trabajar y los abuelos, por lo general, no.

Pero la profesional agrega que no solo se trata de tiempo disponible, sino también de dinámicas familiares diferentes, lo que a veces puede llevar a conflictos. Cuando, por ejemplo, conviven tres generaciones surgen disidencias y una de las que involucra a los abuelos es la de la crianza de los nietos. Berger, por más abuela que sea, no duda en ponerse del lado de los padres: “A los abuelos les toca respetar el lugar de los padres”.

¿Pero qué ocurre si la situación puede llegar a ameritar una intervención? “Ese es un gran desafío de la condición de abuelo”, responde. Una crítica a los padres no puede ser así nomás, sigue, porque ahí se corre el riesgo de que no se tenga en cuenta el contenido de lo dicho, sino la forma. Poder explicarse ante una postura que tal vez esté a la defensiva, y que el mensaje sea tenido en cuenta, es lo que cuenta.

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Abuelo atlético.
Foto: Instagram @ariel.miguez

Ariel Miguez (75) siempre fue un devoto del atletismo y el ejercicio físico, pero por cuestiones de la vida no pudo dedicarse profesionalmente a eso. Fue cuando se jubiló y no estaba lejos de convertirse en abuelo que retomó esa pasión. Y mal no le va. Ha batido algún que otro récord nacional en las categorías en las que compite, que son diez: Miguez es declatonista. Al principio, solo corría.”En 2006 estaba por nacer una nieta en Barcelona, viajé para estar cuando ella naciera, y corrí la maratón de esa ciudad”, cuenta Miguez justamente desde Barcelona, en otro viaje de visita a a parte de su familia.

Pero solo correr le empezó a resultar un tanto monótono y empezó a decantarse hacia el decatlón. Tuvo que aprender a lanzar la javalina y la bala, y a saltar con la garrocha. El año pasado fue su último mundial en la categoría 70 años, en Finlandia, y salió octavo entre 14 competidores. Ahora tiene que subir de categoría porque la edad, pero va a seguir compitiendo. La próxima parada es en la provicina argentina de Misiones, donde va a participar en el Campeonato Nacional Master. ¿Cómo es ser abuelo para Miguez? “Nos podemos ocupar más de los nietos, le podemos dedicar más tiempo. Cuando éramos padres teníamos trabajos y horarios. Estoy más con mis nietos que lo que estuve con mis hijos, en pocas palabras. Tengo seis nietos, y vine a Barcelona para el cumpleaños de uno de ellos”. Los nietos, y la competencia, son las prioridades de Miguez en esta etapa de su vida.

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