El Tiempo/GDA
El "Reto 30 Días Sin Azúcar" ha sumado adeptos y muchos buscan con el reducir o eliminar el azúcar de la dieta pero la pregunta es: ¿qué cambios puede experimentar el cuerpo si la dejamos de consumir por un mes? Los efectos pueden ser significativos y beneficiosos, siempre que se mantengan más allá del reto.
El 80% del azúcar que consumimos proviene de alimentos procesados, y el azúcar refinada está vinculada a una variedad de problemas de salud. Estos incluyen hipoglucemia, sobrepeso, obesidad, diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares, e incluso cáncer de colon o páncreas.
Además, puede afectar la piel, provocar caída del cabello, insomnio, hipertensión, alergias y mareos, entre otros problemas. Ante este panorama, dejar el azúcar puede parecer una buena idea, pero es importante comprender los cambios que esto genera.
El reto consiste en eliminar los azúcares añadidos de la dieta durante un mes. Aunque muchas personas lo hacen para perder peso, los beneficios van mucho más allá.
Durante este proceso, el cuerpo comienza a ajustarse a la falta de azúcar refinada y utiliza sus reservas naturales para funcionar, lo que genera una serie de transformaciones internas.
El Doctor Rodrigo Arteaga explica los cambios iniciales: “Cuando tu cuerpo detecte que tus niveles de azúcar están comenzando a bajar, vas a comenzar a utilizar tus reservas de azúcar para funcionar.
Esto te va a llevar a sacar exceso de azúcares, en lugares donde no quieres que haya exceso de azúcar, lo que te va a desinflamar y va a sanar a tu metabolismo”. Además, con el tiempo, la grasa comienza a degradarse, lo que conduce a una pérdida de peso y mejora en el estado general de salud.
Efectos positivos a largo plazo
Conforme pasan los días, quienes reducen el consumo de azúcar experimentan menos antojos, mejor sueño, más energía y un mejor estado de ánimo. Esto es resultado de una menor dependencia del azúcar y una regulación más eficiente del metabolismo. Sin embargo, para que estos beneficios sean duraderos, no basta con realizar el reto; es necesario hacer cambios permanentes en nuestros hábitos alimenticios.
La nutricionista Julia Farré añade una perspectiva importante: “Consumir azúcar blanca o refinada añadida no tiene ninguna ventaja para nuestra salud física. Sí puede ser positivo para nuestra salud mental y nuestra satisfacción personal. Por ejemplo, poder tomar un chocolate en taza en invierno o un helado en verano. Podemos ingerir cantidades moderadas de vez en cuando que nos hagan disfrutar sin que tenga un perjuicio directo sobre la salud”.
Dejar el azúcar durante 30 días puede traer múltiples beneficios a la salud, pero los cambios más importantes ocurren cuando se incorporan hábitos saludables a largo plazo. ¿Está dispuesto a cambiar su consumo de azúcar y mejorar su calidad de vida?
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