G. Vásquez, El Tiempo GDA
Un estudio realizado por la Asociación Colombiana de Neurología reveló que los factores más comunes asociados con la migraña incluyen el estrés y la ansiedad (40 %); el teletrabajo y la exposición prolongada a pantallas (25 %).
De acuerdo con el neurólogo Iván Gaona la migraña, más que un dolor de cabeza común, es un dolor intenso y recurrente que puede venir acompañado de varios síntomas.
Además, es una de las afecciones neurológicas más usuales que afecta a millones de personas en todo el mundo. Este dolor de cabeza intenso y debilitante puede prolongarse durante horas o incluso días, afectando considerablemente la calidad de vida de quienes lo padecen.
Tipos de migraña.
Entre los distintos tipos de migraña más frecuentes están:
- Migraña sin aura: es el tipo más frecuente. El dolor se presenta de manera pulsante en un lado de la cabeza, sin señales previas.
- Migraña con aura: en este caso, antes de que aparezca el dolor, se manifiestan alteraciones visuales o sensoriales, como ver luces o experimentar entumecimiento en ciertas áreas del cuerpo.
Aunque estos dos tipos son los más frecuentes, existen otros menos comunes que requieren un diagnóstico más detallado:
- Migraña basilar: asociada a síntomas como vértigo y problemas de equilibrio.
- Migraña hemipléjica: causa debilidad temporal en un lado del cuerpo, similar a un accidente cerebrovascular.
- Migraña abdominal: común en niños. Se manifiesta con dolor abdominal intenso, acompañado de síntomas como náuseas.
Por qué aparecen las migrañas.
La migraña suele tener una base genética, lo que significa que, si tienes antecedentes familiares es más probable que también la padezcas. Sin embargo, se suman varios factores, algunos de los más comunes:
- Factores hormonales: los cambios en los niveles hormonales, especialmente en mujeres durante la menstruación, el embarazo o la menopausia.
- Alimentos y bebidas: como el chocolate, quesos curados, vino tinto, cafeína y alimentos procesados pueden activar una migraña.
- Estrés y ansiedad: este tipo de episodios aumentan el riesgo.
- Cambios en el sueño: dormir poco o tener alteraciones en tu rutina de descanso puede desencadenar esta condición.
- Factores ambientales: luces brillantes, ruidos fuertes o cambios bruscos en el clima pueden ser detonantes.
- Medicamentos: en especial aquellos que afectan los vasos sanguíneos.
- Deshidratación: no hidratarse adecuadamente también puede ser un factor.
Cuándo preocuparse.
Si sufre de dolores de cabeza recurrentes, es muy importante que consultes con un profesional de la salud.
De hecho, si estos episodios son persistentes y no mejoran con los tratamientos iniciales, puede que necesite ver a un especialista en neurología, sobre todo si los dolores se vuelven crónicos.
Según Gaona existen algunos signos de alarma que no debes ignorar y que requieren atención médica inmediata:
- Dolor de cabeza que aparece de forma repentina e intensa, como si fuera un trueno.
- Dolor acompañado de fiebre, confusión, convulsiones, visión doble, entumecimiento o debilidad en alguna parte del cuerpo.
- Dolor crónico que empeora al toser, hacer esfuerzo o realizar movimientos bruscos.
- Dolor de cabeza a partir de los 50 años.
Si experimenta alguno de estos síntomas, no dude en acudir a urgencias para recibir la atención adecuada.
Claves para actuar.
Cuando se enfrenta a una migraña, seguir algunos pasos puede ayudarle a aliviar el dolor y manejar los síntomas de manera más efectiva. Algunas recomendaciones incluyen:
- Buscar un lugar tranquilo: refúgiese en un espacio oscuro y silencioso. Tanto la luz como el ruido pueden agravar los síntomas.
- Aplicar compresas frías: coloque una compresa o una bolsa de hielo en la frente o el cuello para aliviar la presión y el dolor.
- Hidratarse: beber suficiente agua. Mantenerse hidratado es clave, ya que la deshidratación puede empeorar los síntomas.
- Tomar sus medicamentos a tiempo: seguir el tratamiento recetado y asegurarse de tomarlo al inicio del dolor.
- Relajarse: practicar técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda o yoga. El estrés puede ser un desencadenante, y estas prácticas le ayudarán a mantenerlo bajo control.
- Identificar y evitar sus desencadenantes: si ya sabe qué situaciones o alimentos provocan esta condición, intente evitarlos.
- Descansar lo suficiente: mantener una rutina de sueño regular es esencial. Dormir bien es una forma efectiva de reducir los síntomas.