Qué tipos de protector solar existen, qué factor se recomienda y cuál es el método de aplicación adecuado

La protección de la piel de los rayos solares es esencial durante todo el año, pero cobra más relevancia en el verano por la exposición prolongada en la época.

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Mujer aplicándose protector solar.
Mujer aplicándose protector solar.

Redacción El País
Los protectores solares se categorizan esencialmente en dos tipos: mineral y químico, cada uno con sus pros y contras propios.

Por un lado, los protectores minerales, como el dióxido de titanio y el óxido de zinc, son reconocidos por su seguridad y eficacia por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés). Estos actúan formando una barrera que impide la penetración de rayos UV. A pesar de que su protección es inmediata, su aplicación puede resultar más trabajosa y es posible que deban aplicarse con mayor frecuencia, además de dejar una capa visible en la piel. No obstante, son más amables con la piel sensible.

Los protectores químicos funcionan de manera distinta, permitiendo la entrada de la luz UV en la piel y convirtiéndola en calor que luego se disipa. Aunque necesitan ser aplicados con antelación (al menos 20 minutos antes de la exposición solar), su textura facilita la aplicación y dejan menos residuo visible. Sin embargo, su seguridad está bajo escrutinio por la FDA, especialmente el ingrediente oxibenzona, que se relaciona con problemas hormonales y reacciones alérgicas.

La elección del factor de protección solar (FPS)

El factor de protección solar (FPS) indica el tiempo que un protector solar puede mantener la piel protegida sin quemarse. Así, un FPS de 30 sugiere que la piel tardará 30 veces más en quemarse que sin ninguna protección. Sin embargo, seleccionar un FPS es algo más complejo de lo que parece. Todos los protectores solares ofrecen defensa contra los rayos UVB, responsables primarios de las quemaduras y cáncer de piel. Los de "amplio espectro" también abarcan protección UVA.

Mientras mayor es el FPS, menor es el porcentaje de rayos UV que penetra la piel, pero un FPS superior a 50 ofrece beneficios solo un poco mejores en comparación con un FPS de 30. Es esencial reaplicar el protector a lo largo del día, en especial tras nadar o sudar.

La Fundación de Cáncer de Piel recomienda el uso de un filtro solar de amplio espectro y resistente al agua, con un FPS de 30 o superior, reiterando su aplicación cada dos horas o luego del contacto con el agua o el sudor.

Advierten que padecer tan solo cinco quemaduras solares podría doblar la probabilidad de desarrollar melanoma, una forma severa de cáncer de piel.

El método de aplicación de protectores solares

Lo crucial es usar un método que se adapte a su uso personal y garantice su reaplicación. Para las cremas, se aconseja usar mínimo una onza o 30 mililitros, mientras que si es en aerosol, se debe aplicar hasta que la piel brille.

Pese a las indicaciones de no frotar, es recomendable distribuirlo suavemente para obtener una cobertura homogénea. Se desaconseja el uso de aerosoles en la cara o cerca de ella debido a los potenciales riesgos de inhalación.

A pesar de la protección del filtro solar, se recomienda buscar una sombra para posicionarse al estar al aire libre, además de vestir ropa preferiblemente blanca.

Este contenido fue hecho con la asistencia de inteligencia artificial y verificado por un periodista de El País.

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