Redacción El País
Un estudio realizado por especialistas suecos ha revelado que la actividad física constante es un factor determinante para una recuperación más favorable después de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV).
La doctora Dongni Buvarp, del Instituto de Neurociencia y Psicología de la Universidad de Gotemburgo, lideró la investigación que evidenció mejores resultados en pacientes que intensificaron su régimen de ejercicio durante los seis meses siguientes al ACV.
Los pacientes que incrementaron su nivel de actividad física exhibieron una mejora significativa en su capacidad funcional en comparación con aquellos que no lo hicieron. La investigación —publicada en la edición digital de la revista científica JAMA Network Open— señala que, independientemente de la gravedad del ACV, la práctica constante de actividad física puede resultar en beneficios a nivel funcional. Los hombres y aquellos con capacidades mentales íntegras mostraron mayor inclinación a seguir un programa de ejercicios regular.
Según Buvarp, realizar por lo menos cuatro horas semanales de ejercicio, como caminar, andar en bicicleta o jugar ping pong, podría ser lo ideal para pacientes luego de un ACV. Estas actividades contribuyen a la plasticidad cerebral y a la recuperación a nivel celular, además de favorecer la movilidad y disminuir riesgos de caídas, depresión y enfermedades cardíacas.
En la muestra del estudio, cerca de 1.400 participantes con una edad promedio de 72 años y que habían padecido un ACV, participaron en un ensayo sobre un medicamento en Suecia entre octubre de 2014 y junio de 2019. Del total, el 53% aumentaron su actividad física y el 47% la disminuyeron. Los que incrementaron su actividad demostraron una recuperación más óptima en su funcionalidad física.
El neurólogo Rohan Arora, del Hospital LIJ-Forest Hills en Great Neck, Nueva Jersey, quien revisó los hallazgos, destacó la importancia del ejercicio como mecanismo para "reprogramar" el cerebro tras un ACV. El ejercicio emite señales a las áreas cerebrales sanas para que asuman funciones de las zonas afectadas por el evento cerebrovascular. A pesar de que adaptarse a una nueva realidad pos-ACV puede ser desafiante, Arora enfatizó que motivar a los pacientes a mantenerse activos es fundamental para su recuperación.
Arora también recomendó que, además del ejercicio, los pacientes deben adoptar un estilo de vida saludable para facilitar la recuperación y prevenir futuros ACV. Esto incluye no fumar, mantener un peso adecuado y seguir una dieta equilibrada.
Este contenido fue hecho con la asistencia de inteligencia artificial y verificado por un periodista de El País.