Reducir la brecha y las desigualdades en la lactancia materna, el foco de la Sociedad Uruguaya de Pediatría

Desde el Comité de Lactancia de la Sociedad Uruguaya de Pediatría (SUP) sostienen que “en Uruguay se ven muchas situaciones de desigualdad" entorno a la lactancia materna.

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bebé tomando la teta
bebé tomando la teta
Foto: Canva

Cada año, entre el 1° y 7 de agosto, se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna para crear conciencia de la importancia de esta acción no solo para los recién nacidos, sino también para las madres. Dar el pecho es un derecho de la mujer, pero también del bebé.

Este año el lema mundial es “Cerrando la brecha: apoyo a la lactancia materna en todas las situaciones” y desde el Comité de Lactancia de la Sociedad Uruguaya de Pediatría (SUP) sostienen que “en Uruguay se ven muchas situaciones de desigualdad y por eso el lema es tan pertinente”.

“Hay desigualdad por ejemplo si un niño nace en el sector público o en el sector privado, hay instituciones que permiten un contacto piel con piel cuando recién nacido, que no tienen separación madre bebé, y eso ya genera este algunas desigualdades con las que no”, asegura Lucia D’Acosta, pediatra diplomada en lactancia materna e integrante del Comité.

También, explica, hay desigualdades que tienen que ver con el trabajo de las madres. Hay mujeres que por su trabajo, ya sea formal o informal, tienen ciertos beneficios que otras madres no. Una trabajadora en negro a veces tiene que reintegrarse a su trabajo a las dos semanas o a los 10 días de nacido el bebé y eso preocupa enormemente a la SUP.

“Esas madres pierden cualquier tipo de derecho y genera una brecha enorme entre otra mujer, por ejemplo que trabaja en el sector público y que tiene seis meses para estar con su bebé. Hay muchas situaciones a las que hay que atender que generan esta desigualdad”, agrega.

Si bien desde la institución apoyan a aquellas madres que no desean amamantar, el 97% de las puérperas sí lo desean.

Políticas públicas que apoyen la lactancia materna

Uno de los aspectos que el Comité considera fundamental es el inicio temprano de la lactancia. En este momento el Ministerio de Salud Pública hace una reacreditación de las maternidades del país y una de las cosas que impulsan desde la SUP es que estas no tengan más la separación madre-bebé y que permitan a las madres ponerse en contacto con su bebé en la primera hora de nacidos.

Según cifras de la última Encuesta Nacional de Lactancia (del año 2020), el 71,8% de aquellos bebés que fueron puestos enseguida en contacto piel con su mamá y que iniciaron la lactancia en la primera hora de vida, a los tres meses tuvieron una lactancia satisfactoria.

Madre amamantando a su bebé
Madre amamantando a su bebé
Foto: Canva

Si bien todas las situaciones son particulares, la primera opción siempre es la lactancia materna. En el caso del nacimiento de un niño con una alteración o discapacidad, o los partos múltiples, hay que considerar que la lactancia no siempre tiene porque ser directa y apostar entonces a una lactancia diferida. Ahí la madre puede extraerse y darle al bebé esta leche por sonda o biberón por ejemplo.

“Esos niños y niñas se benefician muchísimo de esta lactancia diferida, tiene un impacto increíble en disminuir el riesgo hospitalario”, subraya la pediatra.

“Es fundamental que la lactancia no dependa de donde nace ese bebé, que sea respetado primero el inicio temprano de la lactancia en todas las maternidades y que no haya separaciones innecesarias. Ahí hay que trabajar”, insiste.

“Las políticas públicas deben estar orientadas a que la madre tenga un período con su bebé para poder sostener una lactancia exclusiva por lo menos seis meses, universalizar los derechos y las licencias. Tenemos mamás migrantes que trabajan 12 horas y no les dan ni siquiera media hora para extraerse leche, eso no puede suceder”, concluye.

Beneficios de la lactancia materna

Para el bebé los beneficios de la lactancia se pueden dividir en a corto y largo plazo.

La primera toma de leche, el calostro, lo ayuda a la adaptación a la vida extrauterina: le facilita la termorregulación, se evita la hipoglicemia, lo apoya al regular su frecuencia cardíaca; un recién nacido tiene todas las hormonas del estrés disparadas y el contacto con su mamá y la lactancia lo ayudan a adaptarse a su nueva vida fuera del útero.

Un niño que reciba lactancia materna al menos un año mejorará su cociente intelectual.
Bebé tomando la teta
Foto: Archivo

Con el paso del tiempo y la prolongación de la lactancia, se suman beneficios a mediano y largo plazo como la reducción del riesgo de ingreso hospitalario e infecciones, incluso de que se complique. Estudios comprueban que la leche materna es el mejor alimento porque está hecho a medida de ese bebé por su mamá, tiene todos los componentes nutricionales que se requieren para su correcto crecimiento (vitaminas, calorías, minerales, el componente graso, las proteínas).

Además tiene un importante impacto la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles, entre ellas el sobrepeso y la obesidad en la edad adulta. Por un lado porque se regula de acuerdo al apetito y por otro porque el sabor de la leche materna varía con la alimentación de la madre y eso hace que estos niños cuando introduzcan la alimentación complementaria sean mucho más receptivos a los diferentes sabores y a otros tipos de alimentos.

Cuanto más tiempo de lactancia tenga un bebé, mayor coeficiente intelectual podrá tener, se enfermará menos y, en consecuencia, faltará menos a la escuela, y sus padres al trabajo. El impacto económico para esa familia se verá también en el gasto que no habrá en complemento, memas, esterilizadores y demás.

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