Lara Campiglia, podría decirse, estaba destinada a seguir el camino familiar y dedicarse completamente al mercado de la construcción. De hecho, empezó a aportar tiempo y esfuerzo a la empresa de su familia incluso antes de ser mayor de edad. Pero lo que realmente la motivaba eran otras cuestiones. Por un lado, las expresiones artísticas, como la pintura. Y posteriormente la relación con la naturaleza, tanto flora como -en particular- fauna.
Aunque trabajó durante años en Campiglia, en 2008 decidió que la mayor parte de su tiempo lo dedicaría a lo que le gusta. No es que haya dejado del todo el vínculo laboral con las propiedades inmobiliarias, pero como dice: “Hago lo mínimo indispensable”. Mientras iba buscando su camino dentro del arte, empezó a descubrir lo que ella llama “el trazo del ser humano en el planeta”, y ese hallazgo fue un sacudón. “Trabajando en cuestiones vinculadas al arte y al trazo que el ser humano deja en el planeta, cuestionándome eso, me encontré con toda la problemática del maltrato a la naturaleza, a los animales, el maltrato infantil... Todas temáticas en las que me fui involucrando hasta hoy -en que además de ser artista plástica y tener una pequeña inmobiliaria en Montevideo a donde voy una vez por semana a trabajar- me compré un campo”.
Campiglia aclara que no es un establecimiento para explotar como, por nombrar un ejemplo, un productor de soja o granos. Se trata de un campo con mucha flora autóctona. “Lo busqué con eso en mente, para preservar vida. Por eso se llama Reserva de vida”, explica.
Una vez adquirida la propiedad, ella y el encargado operativo de la reserva, Marcos Matheus, lo acondicionaron para cumplir con el propósito de su propietaria: trabajar en el lugar con arte, educación y naturaleza. De eso hace un año y el primer aniversario coincide con la fecha de nacimiento de Campiglia, a quien no le gusta festejar sus cumpleaños. Por eso, en vez de hacer una celebración convencional, hará el 25 de agosto un evento para sentir que -como comenta-“su vida vale la pena”.
El próximo viernes, abrirá las puertas de su reserva -ubicada cerca de Pueblo Edén en el departamento de Maldonado- para que quien quiera se acerque y se entere de algunas de las múltiples actividades y las maneras de contribuir con alguna de ellas. Las visitas se recibirán -con entrada libre- entre las 13.00 y las 18.00 horas.
Entre las accciones programadas habrá una charla de la instructora argentina de equinoterapia Lorena Zilio. La intención de Campiglia en este caso en particular es, como dice, “que se entiendan los beneficios de estar en armonía con la naturaleza, con el resto de las especies, y los beneficios que trae el contacto con los animales para un montón de patologías”. Además, Zilio también hablará de un modo de vida más sustentable, en el que el reciclaje y la reducción de desechos juegan un papel esencial.
Otra de las propuestas estará a cargo de una pareja de artesanos de Piriápolis -Cristina y Ramón especializados en vitrofusión- en la que los integrantes demostrarán cómo realizan sus trabajos en esa disciplina. El jueves también habrá una degustación de vinos y quesos de la marca Talar. Posteriormente se ofrecerá un almuerzo con risotto de hongos preparado por el chef Pedro Yung que se acompañará con vino espumante.
La última actividad es una recorrida por la reserva, que incluye un mirador de aves y una piscina biológica, entre otras. Para comenzar y concluir la jornada, se recibirá a los visitantes con toques de cuencos tibetanos y gong a cargo de la agrupación Espacio EN-QI.
Más allá de estas propuestas puntuales, la reserva de Campiglia también tiene como cometido concientizar sobre el maltrato animal y, también, dar la posibilidad que quien pueda, haga algo al respecto: adoptar o apadrinar ya sea caballos o perros.
Según cuenta Campiglia, la reserva colabora con una ONG en Rivera llamada Caballos libres Rivera, a cargo de Sheila Vieira. “En varias partes del interior, el maltrato animal es un tema grave. Sheila ha rescatado muchos caballos, algunos que han sido desechados por viejos, y otros que han sido atropellados y abandonados. Ella los recupera y los da en adopción”. Campiglia aclara que, idealmente, quien quiera adoptar equinos tiene que cumplir con ciertos requisitos, como por ejemplo adoptar más de uno dado que estos animales son muy sociales. Si eso no es viable, se puede apadrinar a un animal, para contribuir a su recuperación y bienestar, y hay más de una modalidad de padrinazgo posible. Para informarse en detalle sobre las actividades del 25 de agosto, cómo llegar a la reserva y anotarse en la lista de invitados puede consultarse la cuenta de Instagram de Reserva de vida (https://www.instagram.com/reservadevida).