Redacción El País
El consumo de alcohol ocupa el quinto lugar como contribuyente más significativo a la muerte prematura y enfermedades a nivel mundial. En 2016, se estimó que causó aproximadamente tres millones de muertes en todo el mundo. Diversos factores, desde la publicidad hasta el etiquetado, la disponibilidad y el costo, influyen en la cantidad de alcohol que consumimos. Investigaciones previas realizadas por la Unidad de Investigación en Comportamiento y Salud de Cambridge han demostrado que incluso el tamaño del vaso puede afectar la cantidad de alcohol ingerido.
Suprimir la alternativa de vino por copa de mayor capacidad, generalmente de 250 ml, resultó en una reducción promedio del casi 8% en la cantidad de vino vendido en pubs y bares, según revela una reciente investigación liderada por un equipo de la Universidad de Cambridge. Aunque el descubrimiento es modesto, los investigadores sugieren que podría proporcionar una forma de motivar a los clientes a consumir menos alcohol, teniendo un impacto a nivel poblacional.
En un estudio publicado hoy en PLOS Medicine, el equipo de Cambridge llevó a cabo una investigación en 21 establecimientos con licencia, principalmente pubs, en Inglaterra. El objetivo era determinar si la eliminación de la opción de vino por copa de mayor tamaño durante cuatro semanas impactaría en la cantidad de vino consumido. Dado que el vino es la bebida alcohólica más comúnmente consumida en el Reino Unido y Europa, veinte de los locales completaron el experimento según lo diseñado por los investigadores y fueron incluidos en el análisis final.
Tras ajustar factores como el día de la semana y los ingresos totales, los investigadores observaron que la eliminación de la opción de vaso de vino más grande resultó en una disminución promedio de 420 ml de vino vendido por día por establecimiento, lo que equivale a una disminución del 7.6%.
ras ajustar factores como el día de la semana y los ingresos totales, los investigadores observaron que la eliminación de la opción de vaso de vino más grande resultó en una disminución promedio de 420 ml de vino vendido por día por establecimiento, lo que equivale a una disminución del 7.6%.
No se encontraron indicios de un aumento en las ventas de cerveza y sidra, lo que sugiere que las personas no compensaron su menor consumo de vino mediante un aumento en el consumo de estas bebidas alcohólicas. Tampoco se observaron pruebas de que la medida afectara los ingresos totales diarios, indicando que los establecimientos con licencia participantes no experimentaron pérdidas financieras al eliminar el tamaño más grande de copas de vino, posiblemente debido a los mayores márgenes de beneficio asociados con tamaños de servicio más pequeños de vino. No obstante, es crucial destacar que el estudio no fue diseñado para proporcionar datos estadísticamente significativos en relación con estos aspectos.
La Dra. Eleni Mantzari, primera autora del estudio y miembro de la Universidad de Cambridge, comentó: "Parece que, cuando la opción de la copa de vino más grande no estaba disponible, las personas optaban por opciones más pequeñas, pero luego no consumían la cantidad equivalente de vino. Las personas tienden a consumir una cantidad específica de 'unidades', en este caso, vasos, independientemente del tamaño de la porción. Por lo tanto, alguien podría decidir desde el principio limitarse a un par de vasos de vino, y con menos alcohol en cada vaso, consumen menos en general".
La profesora Dame Theresa Marteau, autora principal del estudio y miembro honorario del Christ's College de Cambridge, añadió: "Es importante recordar que no se considera seguro ningún nivel de consumo de alcohol para la salud; incluso el consumo ligero contribuye al desarrollo de muchos cánceres. Aunque la reducción en la cantidad de vino vendido en cada local fue relativamente pequeña, incluso una disminución mínima podría tener un impacto significativo en la salud de la población".
La evidencia sugiere que el público prefiere intervenciones basadas en información, como etiquetas de advertencia de salud, en lugar de reducciones en el tamaño de las porciones o envases. Sin embargo, en este estudio, solo cuatro de los 21 establecimientos informaron haber recibido quejas de los clientes.
Los investigadores señalan que, aunque la intervención podría ser aceptable para los gerentes de pubs o bares, dado que no hay evidencia de que resulte en pérdidas de ingresos, es probable que la industria del alcohol se oponga a una política a nivel nacional debido a su capacidad para reducir las ventas de bebidas específicas. El respaldo público a dicha política dependería de su eficacia y de cómo se comunique claramente este aspecto.