Luis Bueno*
Son habituales las recomendaciones de consumir probióticos y prebióticos para mantener un intestino sano y equilibrado, lo que favorece la asimilación y digestión de los alimentos, además de fortalecer el sistema inmunológico. Sin embargo, estos microorganismos también tienen efectos positivos en nuestra salud bucal.
Vayamos por partes: la superficie del intestino alberga más de 100 billones de microorganismos. Esta impresionante cifra es diez veces mayor que el número total de células que componen el cuerpo humano adulto. Por lo tanto, comprender y cuidar su composición es fundamental para los profesionales de la salud.
El microbioma humano —del cual forman parte los probióticos— incluye microorganismos, sus genes y metabolitos que colonizan el cuerpo. Es único en cada persona, como el ADN o las huellas dactilares.
Los probióticos (término derivado del griego "pro bios", que significa "a favor de la vida") son cepas vivas de bacterias beneficiosas para la salud intestinal, donde se concentra gran parte de nuestras defensas. Pero su acción no termina ahí: estas bacterias también actúan en la boca, donde compiten con las bacterias patógenas que causan periodontitis, una enfermedad con repercusiones sistémicas más allá de lo bucal.
Otra ventaja es que estos microorganismos están presentes en alimentos fermentados como:
- Yogur (con cultivos vivos y sin azúcar añadida).Foto: Canva.
- Kéfir (potente probiótico de leche o agua). Aunque todavía no es muy común en las góndolas uruguayas, su disponibilidad está aumentando. Además, puede prepararse en casa mezclando granos de kéfir con leche y dejándolos fermentar por 24–48 horas.
- Chucrut (col fermentada)
- Kombucha (té endulzado fermentado).
Los probióticos tienen un aliado clave: los prebióticos, que actúan como su "alimento". Sin ellos, los beneficios de los probióticos serían limitados. Los prebióticos producen ácidos grasos de cadena corta (AGCC), esenciales para la salud de encías y otros órganos, además de aportar vitaminas, minerales y fitoquímicos.
Fuentes naturales de prebióticos

- Frutas: manzanas, dátiles, ciruelas, mangos, peras, pomelos y damascos.
- Verduras: puerros, cebollas, ajos, espárragos.
- Legumbres: lentejas.
- Cereales: salvado de trigo.
- Bebidas: té verde.
En conjunto, probióticos y prebióticos son las sustancias más utilizadas para mantener un microbioma saludable en boca y cuerpo. Para un enfoque personalizado, se recomienda consultar a un nutricionista para ajustar dosis y frecuencia de consumo, y realizar visitas periódicas a un periodoncista para monitorear la salud bucal.
*Periodoncista y docente universitario. Se lo puede contactar a través de su web.