Siete consejos para la correcta limpieza de frutas y verduras y así prevenir enfermedades alimentarias

Limpiar los alimentos que se compran de manera adecuada antes de consumirlos es importante para no sufrir de una contaminación por bacterias que vienen con el producto.

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Racimo de uvas siendo lavadas.
Racimo de uvas siendo lavadas.
Foto: Unsplash

Redacción El País
Las frutas y verduras forman parte de una dieta saludable, pero también pueden convertirse en una fuente de enfermedades si no se manipulan correctamente. Cada año en Estados Unidos, cerca de 48 millones de personas sufren de enfermedades alimentarias provocadas por la contaminación de alimentos. Al margen de los productos animales, las frutas y vegetales también han sido responsables de brotes, como los casos vinculados a espinacas, melones, tomates y lechuga.

Glenda Lewis, experta de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), señaló que los alimentos frescos pueden contaminarse de diversas maneras. Pueden adquirir contaminantes desde su crecimiento por medio del suelo, agua o fertilizantes. El riesgo crece tras la cosecha, debido a las diversas manos por las que pasan, y puede mantenerse o aumentar en la preparación, compra y almacenamiento en el hogar.

La FDA insiste en la importancia de elegir frutas y verduras que no muestren signos de daño y que los productos cortados y empaquetados, como la lechuga en bolsa o las rodajas de sandía, estén refrigerados o almacenados con hielo, tanto en las tiendas como en los hogares.

Para garantizar una mayor seguridad en su consumo, se recomienda seguir estos pasos:

  • Lavarse bien las manos durante 20 segundos con agua y jabón antes y después de manipular productos frescos
  • Eliminar cualquier parte dañada o magullada antes de comerla
  • Lavar los alimentos bajo el chorro de agua frotándolos suavemente. No es necesario el uso de jabón ni otros productos de limpieza
  • Limpiar los productos antes de pelarlos para evitar la transferencia de suciedad y bacterias de la piel al interior al cortarlos
  • Emplear un cepillo para limpiar aquellos alimentos con cáscara dura, como los melones y pepinos
  • Secarlos con un papel cocina para remover cualquier bacteria remanente
  • Descartar las hojas exteriores de vegetales como la lechuga o el repollo

Finalmente, Lewis aconsejó mantener los productos frescos refrigerados a una temperatura de 4°C o menos. Siguiendo estas recomendaciones, se pueden minimizar los riesgos de enfermedades transmitidas por alimentos y disfrutar de una alimentación rica y segura.

Este contenido fue hecho con la asistencia de inteligencia artificial y verificado por un periodista de El País.

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