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Conocida como skin-icing la práctica de usar hieloen la rutina de cuidado facial ha ganado adeptos.
La técnica consiste en enfriar la piel con la aplicación de hielo o compresas y puede ayudar a promover la vasoconstricción, es decir, disminuir la microcirculación de la capa superficial de la piel. Con esto, el rostro hinchado por la mañana o después de un día exhaustivo puede verse más aliviado, con una aparente reducción de los poros, una piel más uniforme y menos enrojecida.
La práctica también puede realizarse con un objeto conocido como ice roller. Se trata de una especie de molde de hielo de silicona que se llena con agua y después de congelado se pasa por el rostro. El producto promete mejorar el aspecto de la piel, secar granos e incluso desinflamar las ojeras.
Sin embargo, es necesario tener algunos cuidados con esta técnica. La aplicación del hielo directamente sobre la piel y por mucho tiempo puede causar quemaduras. Entonces, en lugar de un rostro uniforme y con poros más cerrados, el adepto a la técnica puede sufrir quemaduras. Los médicos también advierten que estas quemaduras pueden tardar desde una semana hasta meses en curarse.