Un pequeño lunar que aparece en un lugar del cuerpo poco visible puede generar toda una revolución en la vida de una persona. E incluso, la muerte. Nadie lo ve, pero cambia de forma, crece y quizá pica, pero como no está a la vista, la persona se rasca y continúa con su vida normal. Hasta que en un momento, puede encontrarse con un diagnóstico inesperado: melanoma.

Lo bueno es que puede prevenirse y, si es diagnosticado a tiempo, curarse. Entonces, como cada año, cuando el sol empieza a picar fuerte y las personas comienzan a abandonar los rompevientos para dejar piernas y brazos al aire, conviene repasar los cuidados esenciales de la piel ante los rayos nocivos del sol. No es un capricho, ni una exageración: Uruguay presenta las tasas más altas de incidencia y mortalidad por melanoma en Latinoamérica, según las últimas cifras del Ministerio de Salud Pública (MSP).

Los melanomas son el 1% de los cánceres de piel en el mundo y son curables, pero también provocan la mayoría de los fallecimientos debido a su agresividad en etapas avanzadas. Tal como informaron las autoridades nacionales en el último día de lucha contra este tipo de cáncer, en promedio en Uruguay se reportan más de 260 casos nuevos anuales y hay casi 80 muertes por esta patología.

Volviendo al ejemplo del lunar que no se ve, cualquiera podría preguntarse: ¿Y cómo hago para saber que lo tengo? La respuesta es tan simple, que parece de perogrullo: yendo al médico. Nada más, ni nada menos. ¿Y consultar por algo que ni sé que existe? Sí. Ir al dermatólogo y someterse a una revisación de cuerpo entero es imprescindible.

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Magdalena Vola, profesora adjunta de la Unidad de Dermatología del Hospital de Clínicas, explicó a El País: “A mucha gente le gusta consultar para que nosotros los autoricemos a tomar sol. ¡Y los sacamos corriendo! Vienen al control de piel, pero quieren una autorización para tomar sol y eso jamás”.

Pese a esos casos, que cada vez son menos, los peligros del sol ganan lugar en la conciencia de la gente y, según Vola, va desterrándose la costumbre de ir a pasar el día en la playa. Aunque la idea “que todavía lucha es la de la estética del bronceado”.

“Otra cosa que nos martiriza un poco a los dermatólogos es el tema de la vitamina D y el consejo médico de tomar sol para aumentarla. Porque hoy mucho se habla mucho de vitamina D, que es muy importante, pero el costo del daño solar supera a los beneficios”, dijo.

Para la doctora lo que hay que hacer es indicar suplementos, que la persona los tome y recupere su vitamina. Y si quiere estar un rato al sol, entonces que sea bien temprano en la mañana. Pero no quedarse “un ratito más y otro ratito más”. “De las 11.00 a las 16.00 horas, hay que evitar estar bajo el sol”, remarcó.

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Y claro, pese a los cuidados, la especialista enfatizó que no se trata de “convertirse en un topo y salir solo entre las 22.00 y las 6.00 de la mañana” por no exponerse al sol. Hay formas de hacerlo con cuidado y protección.

“Hay gente mayor que por cuidarse deja de pasear con los nietos o de hacer actividad física y no se trata de eso. La persona es un todo y hay que ir manejándolo para encontrar la mejor forma. Por ejemplo, cuidar el horario, la ropa, buscar lugares con sombra”, explicó.

En el otro extremo están las personas que nunca se ponen protector solar y que suelen decir “¡Pero si yo no tomo sol!”. Vola indicó que en estos casos hay que atender bien a qué hora está expuesta esa persona. Por ejemplo: si es alguien que entra a trabajar a las 8 de la mañana y no sale a la calle hasta las 17.00, es comprensible que no use protector. Ahora, alguien que entra a su trabajo a mediodía y está en la parada del ómnibus o caminando 15 minutos bajo el rayo del sol, “se incineró”.

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La dermatóloga dijo que es importante que la persona mantenga una conducta y tenga siempre el protector solar consigo. Que lo lleve en el bolso o la cartera y si tiene que salir, se lo ponga. “En esto no se puede ahorrar: necesitás ponerte una cantidad de 30 gramos, lo que equivale a una cucharada grande”, dijo.

Y, si bien es clave que la cantidad sea abundante, los profesionales reconocen que el precio es elevado. “Son todos buenos, pero cuanto más caros, más cosméticos. Y hay pacientes que son muy quisquillosos porque no quieren que tenga olor o no quede blanco o pegajoso”, contó. La otra opción es utilizar los que entregan las mutualistas por el valor de un ticket de medicamentos, que cumple perfectamente su función, agregó la médica.

JOSÉ LUIS BELLO¶

“Muchas veces pasa que un paciente nos dice ‘vengo por dos lunares’ y resulta que eran verrugas y estas no representan un problema. Pero igual se hace un relevamiento completo y existía un melanoma en otro lado. Por eso es importante ver toda la piel”, dijo Vola.

También ocurren los casos de verrugas abultadas (keratosis seborreicas) o “lunares gorditos” que no son más que una lesión benigna en la mayoría de los casos. Por esto, apuntó la especialista, “es relevante que el paciente conozca los riesgos y las diferencias entre una y otra mancha que aparece en la piel; hay quienes se preocupan porque piensan que se llenaron de lunares y en realidad son verrugas”.

Para eso es clave conocer la regla A-B-C-D-E de los lunares:

• se debe chequear si el lunar es asimétrico (A)
• si tiene una forma rara, no uniforme o bordes irregulares o cambiantes (B)
• si tiene varios colores (C)
• si varía el diámetro del lunar (D) y en caso de que mira más de 6mm, consultar
• atender a su evolución (E): si pica, sangra, no cicatriza o tiene alguna costra, consultar.

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“Si bien la mayoría de los melanomas surgen de lunares nuevos, también pueden surgir de lunares que tenemos de nacimiento, por lo que hay que atender a estas cinco claves”, agregó Vola y recalcó que en el autoexamen y el control con dermatólogo “es donde se juega el partido” porque es lo que da pie a un diagnóstico precoz.

Y para quienes tengan miedo de qué puede ocurrir en caso de que haya algún hallazgo inesperado en la consulta, Vola aclaró que en el consultorio ya se puede sacar el lunar sin necesidad de pasar a una cirugía en quirófano. Si hay algo mayor o que represente dudas, se pasa a cirujano, pero no es la mayoría de los casos, apuntó.