El melanoma es el cáncer más agresivo que afecta a la piel. El órgano más grande del cuerpo oficia como barrera protectora, regula la temperatura corporal y participa en la síntesis de vitamina D.
Según el Registro Nacional del Cáncer, entre 2016 y 2020, Uruguay registró una tasa promedio de incidencia de melanoma de 5.71 casos por 100.000 habitantes en hombres y 4.94 en mujeres. El promedio anual es de 266 casos nuevos y 83 fallecimientos en el mismo periodo: el melanoma cutáneo (también existe el subcutáneo) es el más prevalente, con el 90% de los diagnósticos.
El Observatorio Global del Cáncer (Globocan) 2022, da cuenta que Uruguay está en los primeros lugares de América Latina en términos de incidencia y mortalidad. Las tasas de incidencia locales, son significativamente superiores a las reportadas en otros países de la región, como Argentina, Brasil y Chile, donde oscilan entre 1.5 y 3 casos (Uruguay más de 5 en promedio) cada 100.000 habitantes. En mortalidad, la tasa uruguaya también supera el promedio regional, donde son menores a 1 caso cada 100.000 habitantes.
Además, entre 2002 y 2020, las tasas de incidencia en Uruguay mostraron un incremento estadísticamente significativo: en hombres, el aumento promedio anual alcanzó 2.26% (2004-2014) y en mujeres, el crecimiento constante fue de 2.42% anual. Las tasas de mortalidad, entre 1990 y 2021, crecieron anualmente un 1.35% en hombres y un 1.56% en mujeres. Las cifras reflejan la magnitud del problema en Uruguay.
Factores de incidencia
La alta incidencia de melanoma en Uruguay se vincula a diversos factores, como la piel clara predominante, costumbres e idiosincrasia que promueve una mayor exposición a radiación UV y hábitos culturales de bronceado sin protección ni prevención adecuada.
“La exposición solar en la infancia, especialmente quemaduras severas, puede duplicar el riesgo en la adultez, y el hecho de focalizar las campañas preventivas solo en verano deja un vacío de cuidado y prevención el resto del año”, aseveró Dahiana Amarillo, oncóloga especialista en melanoma.
Amarillo enfatizó: “No existe el bronceado seguro, el bronceado es evidencia de daño acumulativo en la piel, similar a una cicatriz que queda tras la exposición solar”.
El riesgo es especialmente alto en niños, en mayor medida con piel y ojos claros o antecedentes familiares de melanoma y se agrava en regiones de alta radiación UV, como Uruguay, donde el adelgazamiento de la capa de ozono intensifica los efectos dañinos. Además, según la OMS, el uso de camas solares antes de los 30 años aumenta el riesgo de melanoma en un 75%, debido a la mayor intensidad de la radiación UV artificial.
Conocer el Índice UV resulta un factor clave. En Uruguay está disponible oficialmente y en tiempo real en el sitio web del INUMET, en nuestro sitio de Bienestar y además puede monitorearse desde diversas aplicaciones móviles. Utilizar información es una herramienta útil para tomar medidas y prevenir daños.
Tratamiento
En Uruguay, el tratamiento del melanoma es innovador. Y cuando se detecta a tiempo, el melanoma es prevenible y tratable. El diagnóstico precoz es clave y se basa en tres herramientas principales: examen físico, dermatoscopia y biopsia de lesiones sospechosas.
Para evaluar las lesiones de forma práctica se utiliza el método ABCDE que analiza “Asimetría”, “Bordes”, “Color”, “Diámetro” y “Evolución” de lesiones o “lunares” que aparecen en la piel.
En el tratamiento del melanoma, Uruguay se posicionó como referente en la región con la incorporación de terapias innovadoras al Fondo Nacional de Recursos (FNR). “Las opciones terapéuticas para los pacientes, han mejorado significativamente”, remarcó la médica.
Fármacos como vemurafenib, cobimetinib y pembrolizumab se sumaron entre las opciones terapéuticas para los pacientes. Y luego se agregaron inmunoterapias con pembrolizumab, nivolumab e ipilimumab, que actúan fortaleciendo el sistema inmune para que combata las células cancerosas mejorando la calidad de vida y las tasas de supervivencia de los pacientes.
Amarillo destacó que las recientes incorporaciones, no solo facilitan el acceso a tratamientos innovadores, reduciendo la necesidad de los pacientes de iniciar acciones judiciales ante el Estado para solicitar este tipo de medicamentos de alto costo, sino que aseguran la atención pertinente y oportuna basada en evidencia científica. Este avance consolida a Uruguay como líder en la región en inmuno-oncología, un enfoque que ha transformado la manera de tratar esta enfermedad.