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Según la Biblioteca de Medicina Nacional de Estados Unidos, "el dolor ocular se puede describir como una sensación urente, pulsátil, dolorosa o lacerante en o alrededor del ojo". También, la fatiga ocular que provoca una sensación de cansancio y cierta molestia en los ojos de las personas suele ser un problema no tan grave que puede tratarse con descanso, al igual que veces el dolor es causado por una prescripción equivocada de los lentes. En cualquier caso, hay que estar atentos a estos desafíos a la salud ocular.
El dolor ocular puede estar relacionado con el enrojecimiento, como lo explica el oftalmólogo y retinólogo Orlando Ustáriz. De acuerdo con el especialista, los ojos rojos son un trastorno en el que la parte blanca (llamada esclera) toma ese color debido a la ruptura o la dilatación de los vasos sanguíneos, dando un aspecto que puede variar en cuanto a intensidad y tamaño.
Según la Academia Estadounidense de Oftalmología, los ojos rojos pueden acompañarse de irritación, dolor, sequedad, secreción, sensibilidad a la luz y visión borrosa. Ustáriz agrega que puede presentarse inflamación e, incluso, sensación de tener los ojos pegados.
Causas
El especialista médico señala que presentar estos síntomas puede estar relacionado con las inflamaciones de la conjuntiva, alergias, infecciones, cuerpos extraños, irritaciones por lentes, lesiones de los vasos sanguíneos, traumas y glaucoma.
Otro factor que incide en el dolor ocular es, de acuerdo a la Academia Americana de Oftalmología, son algunas condiciones del medioambiente que favorecen el enrojecimiento y el dolor, como lo son: la contaminación del aire, el humo proveniente del fuego o el cigarrillo, el aire seco promovido por el clima o sistemas de ventilación; el polvo, solventes diluidos en el aire, exposición a productos químicos como el cloro de las piscinas o la luz solar prolongada, y la falta de horas sueño.
Entre los trastornos oculares graves que puede presentar el paciente, afirma el doctor Ustáriz que, se encuentran las infecciones, los traumas, las úlceras, la uveítis (inflamación de la capa media del ojo, llamada úvea) o el glaucoma (aumento de la presión del ojo). “Estos diagnósticos deben ser siempre realizados por un profesional”, apunta el especialista.
Problemas frecuentes
La conjuntivitis es la inflamación de la conjuntiva (envolturas externas del ojo), y según Ustáriz cursa siempre con enrojecimiento de los ojos y secreciones, además de escozor y sensación de cuerpo extraño.
Puede afectar un solo ojo o hacerse bilateral. Los virus, las bacterias o los hongos pueden ser las causas, y su tratamiento específico exige la identificación del germen. La aplicación de paños de agua fría limpia y medidas locales pueden ser recomendadas durante el tratamiento.
Otra patología es la queratitis que consiste en la inflamación de la córnea (la parte más anterior de la conjuntiva que recubre el iris). Según la Academia Americana, "puede acompañar de dolor, lagrimeo y sensibilidad aumentada a la luz". Ustáriz manifiesta que en algunos casos puede aparecer visión borrosa y sus causas pueden ser los traumas, las úlceras o las infecciones. Su tratamiento siempre debe ser supervisado por un oftalmólogo.
Además, el glaucoma puede acompañarse de dolor, ojos llorosos y sensibilidad incrementada con la luz, y puede causar complicaciones como la aparición de ceguera.