¿Te quedás hasta tarde mirando el celular? Así se daña la vista por el uso prolongado de las pantallas

El uso de dispositivos electrónicos es inevitable, pero es bueno ser conscientes de sus efectos en la salud visual y adoptar una serie de hábitos saludables que nos permitan proteger nuestros ojos.

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El uso de dispositivos electrónicos es una parte inevitable de la vida moderna.
El uso de dispositivos electrónicos es una parte inevitable de la vida moderna.
Foto: Freepik

Milenka Duarte/El Comercio, GDA
En plena era digital, es imposible concebir nuestra vida sin la presencia de dispositivos electrónicos, pues tal es su importancia que, prácticamente, se han convertido en una extensión de nuestro ser, motivo por el cual, forman parte integral de nuestra cotidianidad.

Desde teléfonos inteligentes y tabletas hasta computadoras y televisores, estos nos acompañan en casi todas nuestras actividades diarias, ya sea por trabajo, educación, entretenimiento o comunicación. No obstante, el uso prolongado de estas tecnologías está generando gran preocupación entre la población, dado que puede tener un impacto significativo en la salud, especialmente, a nivel visual, trayendo consigo una serie de problemas oculares.

“La Asociación Americana de Oftalmología reveló que entre el 65% y 85% de los adultos a nivel mundial experimentan molestias oculares con síntomas, tales como sequedad ocular, visión borrosa y dolor de cabeza, debido a una exposición a las pantallas de aproximadamente 7 a 8 horas diarias. En definitiva, cuando empleamos la computadora o el celular por un largo período de tiempo, sin darnos cuenta parpadeamos menos, se producen cambios en la acomodación visual, es decir, se altera la capacidad del ojo para enfocarse en objetos a diferentes distancias, así como también tendemos a acercarnos más a la pantalla y esforzamos la convergencia para mantener la visión binocular correcta, por lo que todos estos aspectos pueden contribuir al desarrollo de diferentes problemas de salud visual”, explicó la oftalmóloga Amelia Cerrate.

Consultada sobre qué factores influyen en el desarrollo de problemas oculares por el uso de dispositivos electrónicos, la experta dijo que sin duda, la forma en que se sostiene el dispositivo y la distancia a la que se mantiene pueden afectar la tensión ocular y el desarrollo de problemas, como la miopía o la presbicia. Por esta razón, es fundamental mantener una distancia de 45 cm a 80 cm de las pantallas dependiendo del tamaño y las condiciones visuales.

“Igualmente, las configuraciones inapropiadas de brillo y contraste en las pantallas pueden causar fatiga visual y molestias oculares. Asimismo, una mala iluminación del ambiente puede afectar negativamente a la salud ocular, en especial, cuando se combina con el uso prolongado de aparatos tecnológicos. Básicamente, cuando la iluminación es insuficiente, los ojos tienden a esforzarse más para ver claramente la pantalla, ocasionando cansancio visual, dolor de cabeza, visión borrosa e incluso sequedad ocular. Desde luego, el tiempo de uso es determinante, pues cuanto más tiempo una persona pase frente a una computadora o celular, mayor será la posibilidad de experimentar problemas oculares. También es importante tener en cuenta que, si un individuo tiene una condición preexistente, en otras palabras, si padece de algún problema de visión, como miopía o astigmatismo, puede sufrir un empeoramiento de sus síntomas debido a la sobreexposición”, refirió Karin Arellano, oftalmóloga de la Clínica Ricardo Palma.

Problemas de salud.

Entre los principales problemas visuales que están relacionados al uso de estos artefactos se encuentran: el síndrome de visión por computadora o también denominado como fatiga ocular digital, el cual puede ocasionar una sensación de cansancio en los ojos después de mirar una pantalla durante mucho tiempo. Además, produce sequedad y malestar ocular, dificultad para enfocar correctamente, dolor de cabeza y dolor de cuello y hombros.

“De igual modo, el aumento en la prevalencia de la miopía, sobre todo, entre niños y adolescentes, se asocia con el tiempo prolongado frente a las pantallas. A menudo, cuando empleamos estos aparatos, mantenemos una distancia más corta de lo recomendado, lo qie puede ejercer presión adicional sobre los músculos oculares y contribuir al desarrollo de esta condición”, dijo la especialista.

También la exposición a la luz azul emitida por las pantallas puede afectar los ritmos circadianos y la producción de melatonina, lo que puede interferir con los patrones de sueño. En concreto, como mencionó la doctora Cerrate, la mala calidad del sueño, a su vez, puede repercutir en la salud ocular y general.

“Ante estos problemas visuales, especialmente la fatiga visual, que puede generar síntomas, como ojo seco, enrojecimiento e irritación, es crucial que los pacientes eviten automedicarse, pues el uso de ciertos antibióticos y antinflamatorios sin prescripción médica, pueden incrementar la presión del ojo a largo plazo”, concluyó la oftalmóloga.

La luz azul.

La oftalmóloga explicó que la luz azul emitida por los dispositivos electrónicos, como por ejemplo los teléfonos inteligentes, las tabletas y las pantallas de las computadoras, ha sido objeto de preocupación debido a su potencial impacto en la salud. Básicamente, se ha sugerido que la exposición prolongada a esta luz, sobre todo, antes de acostarse, puede interferir con el ciclo natural del sueño de la persona y causar fatiga visual, sequedad ocular e incluso problemas a largo plazo, como la degeneración macular. Sin embargo, como aseguró la experta, la evidencia científica sobre los efectos puntuales de este tipo de luz en la salud visual, en especial, en las células de la retina aún no es concluyente y es algo que sigue siendo objeto de estudio bajo la lupa de los expertos.

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