“¡Tenemos que poder vivir de otra manera”, dice Mariana Vega, más conocida como Ticky Yoga, una joven uruguaya que estudió comunicación, trabajó en marketing, que cayó en las garras de una secta, se liberó, viajó, se formó como instructora de yoga y hoy capitaliza toda su experiencia en ayudar a quienes quieran “manifestar la vida que sueñan”.
Manifestar. Esa palabra tan sonada últimamente, que genera tanta inspiración en unos como molestia en otros, es la clave de la estrategia que desarrolló Ticky Yoga para alcanzar lo que uno se propone. Y con ese fin organizó un plan en 12 pasos, que explica en su primer libro, lanzado recientemente por Editorial Planeta, y que busca dar herramientas para tener una vida que se alinee con los deseos.
La joven, que da clases de yoga y forma además a instructores, asegura que la vida actual, con los tiempos de trabajo hiper exigentes y siempre en piloto automático “es insostenible”. “Puede durar un tiempo, pero tiene fecha de vencimiento. No podemos vivir así toda la vida, el cuerpo colapsa”, aseguró en entrevista con El País, de la que compartimos aquí un fragmento.
¿Cómo salir de ese modo de vida?
Hay un dicho que a mí me gusta mucho: “El cuerpo primero susurra después habla y termina gritando”. Y tenemos que escuchar las señales. Porque que te tiemble un ojo, que un brazo se mueva solo, que la ansiedad de la pierna no pare o te venga un dolor en el pecho, es información, es el cuerpo, generoso, diciéndonos “hay algo que necesito que cambies”.
Y está buenísimo poder escuchar qué es lo que realmente queremos. A veces ponemos mucho más en el afuera, en los demás, en nuestra familia, amigos, trabajo, que en nosotros mismos. Y en eso el libro te interpela: es una invitación a que observes en qué áreas de tu vida estás necesitando escucharte y no lo estás haciendo.
Esto, en el tema laboral, es algo que nos toca profundo a todos. El darlo todo, creer —porque está muy arraigado— que tenemos que poder, porque tenemos que poder, sacrificarnos y sudar la gota gorda. Y además ser mamás y estar siempre impecables, y más y más y más… Son muchas cargas. Este libro te invita a agarrar esas mochilitas y sacártelas, tirarlas y preguntarte realmente: ¿Yo, qué quiero?
¿Qué le decís a una persona que no hace yoga y ve este libro y piensa que no es para ella?
Que no es un libro de yoga. Acá está mi camino en el yoga y todo lo que yo vi que esta herramienta que transforma y cambia a las personas. Entonces si nunca hiciste yoga es ideal que lo leas porque aprenderás desde cero principio básicos, que pueden ayudarte a mejorar tu calidad de vida. Y si ya estás en un camino espiritual, te viene como anillo al dedo, porque tenés toda la tradición yóguica escrita “a lo yorugua”.
¿Te propusiste sacar el yoga de esa imagen que suele tenerse de un ser elevado, todo vestido de blanco?
Mirá, yo estuve años en una secta, no daré su nombre, pero era un lugar en el que querían moldear tu personalidad, marcarte lo que tenías que hacer. Tenías que brindar servicio, trabajabas gratis y pagabas por cursos, por viajar a ver al gurú, todo era desembolsar. Y además, te decían cómo vestirte, qué comer, que no podías salir a bailar, ni juntarte con amigos, ni salir de noche. Y tu misión era hacer que más y más personas entraran. Estuve 14 años ahí, pero un día me di cuenta de lo que estaba pasando y me fui. Y con otras compañeras nos dimos cuenta de que hacíamos un montón de cosas porque supuestamente había que hacerlas, pero entendimos cuál era nuestra esencia y que no estaba siendo más iluminada, ni más espiritual por vestirme de blanco o meditar más o ser una yogui de manual. Entonces, en este libro doy el mensaje de que no necesitás ser de una forma que no sos para conectar con vos. No necesitás irte a la India, vestirte de blanco, ser supervegetariana y hacer yoga todos los días… Al final, los caminos espirituales muchas veces inculcan hábitos que están buenos, pero que terminan siendo una carga y nos generan ansiedad. No puedo tomar el jugo verde todas las mañanas, el agua con limón, moverme, ser agradecida, generosa y todo lo que tengo que hacer para elevarme, no.
Esto de manifestar la vida que soñás es escucharte cada día y ver qué necesitás. Hay días que no hago yoga y está todo bien. Me escucho y hago lo que necesito, pero no es impuesto por alguien o por un camino o por un gurú.
También aclarás que, en muchos casos puede ser necesaria una consulta con un profesional, porque la persona no pueda hacer este camino sola.
Totalmente, la contención terapéutica es superimportante. Y además, en este momento las redes sociales, generan mucho estrés y ansiedad, más de lo que creemos. Vemos todos esos mensajes de extremo positivismo, que nos llevan a un lugar de mucha presión por no lograr eso.
Yo veo la típica historia de Instagram que te dice “soltar”; “tenemos que soltar, aprende a soltar” y vos lo mirás en tu casa, tuviste un día re difícil, te peleaste con tu pareja, discutiste con tu jefe… Y mirás eso y es obvio, no es fácil soltar. Y está de moda la palabra, pero soltar es de las cosas más difíciles en el mundo y hoy se habla muy liviano de eso. Entonces, hay que tener cuidado con los mensajes que vemos, que recibimos, y confiar mucho en el camino propio.
¿Qué es manifestar?
Manifestar es acompañar los cambios que vivimos hacia donde queremos ir. ¿Quién no está viviendo un proceso de cambio? ¿Quién no necesita acompañar un proceso de cambio hacia donde realmente quiere ir? Entiendo a las personas que ven el término banalizado y les molesta y lo comparto, pero el título del libro dice Manifestar porque busco llegar a lo masivo, porque creo que esto es lo que más se necesita. Todos estamos viviendo un proceso de cambio y es importante que tengamos las herramientas para poder acompañarlo y llegar a ese lugar al que queremos llegar.
Pero vivimos en sociedad del miedo, en la que no hacemos lo que queremos por miedo, no avanzamos por miedo, no cumplimos nuestros sueños por miedo. Y aunque el miedo también es una señal de que lo que hacés te importa, la clave es no quedarnos ahí, que el miedo no nos paralice.
El miedo es natural, es imposible no sentirlo. Si le da miedo a Shakira antes de hacer un show, cómo no me dará miedo a mí o a un señor de 70 años que está en la casa y piensa: “¿Cómo voy a hacer un cambio ahora?
Ese es otro punto importante: la edad. ¿Cómo le decís a alguien de 60 o 70 o más, que puede cambiar o que puede hacer yoga?
Pongo mucho el ejemplo de mi mamá, que es esa persona que no leería jamás este libro, que no le gusta eso del desarrollo personal o la autoayuda y con casi 70 años pensaba que ya estaba y que las cosas eran de una forma, que lo que no logró antes no lo lograría ahora. Y hoy vive donde siempre soñó vivir, se despierta mirando el mar y quién te dice que mi mamá no llegue a los 100 años, que le quede un montón de vida para seguir disfrutando y hacer las cosas que ama.
En los procesos de cambio también hay otro punto clave que mencionás en el libro, que es sentirse merecedor de lo bueno. ¿Cómo se cambia ese chip?
Va en cómo te hablás a vos mismo. Las palabras son lo que más impacto tienen en tu cuerpo y eso lo dice la ciencia. Hay estudios que lo muestran. Los pensamientos crean la realidad.
Yo no me creía merecedora de vivir la vida que hoy tengo, que elegí, que construí. No se me dio naturalmente, ni por arte de magia. Hace un tiempo alguien me dijo “qué suerte todo lo que te pasó” y te juro que fue todo menos suerte. Yo vengo de una familia muy disfuncional, de un papá que me abandonó cuando nací, de una mamá a la que le costaba mucho todo, que hizo lo que pudo sola con tres hijos. A mí me hicieron bullying de chica en el colegio, al que iba becada, y tuve un papá afectivo que terminó siendo jugador y que casi nos deja en la calle y que era superviolenta la convivencia. Yo me escondía abajo de la cama a llorar…
Lo mio fue una transformación interna, de decir yo me merezco esto, yo me merezco hacer lo que quiera hacer con mi vida y no estar limitada.
Pero es algo que se tiene que ir sanando, tenemos que ir trabajando en nosotros, sanando traumas para poder manifestar la vida que soñamos. Porque si no sanamos traumas y no trabajamos en nosotros, terminamos manifestando desde esos traumas y no resulta.
¿Hay alguno de los 12 pasos del libro que sea más importante que el otro?
Creo que cada paso te prepara para el próximo, pero algo que es fundamental en este método es la red de contención en tu vida, que es el paso 9: rodearse de gente feliz. Hay que rodearse de personas positivas, que elevan y contribuyen a tu felicidad.
En ese punto, además, es clave preguntarse si las personas que tenemos alrededor suman a tu felicidad o si hay que cortar con esos vínculos.
La pregunta es: ¿Suma a mi felicidad esta persona? Todos pasamos por situaciones así, con vínculos que luchamos para que estén, pero hay un día es que ya está, no es ahí. Cuando yo empecé con todo esto, mis relaciones eran otras, yo trabajé mucho en atraer y manifestar a amistades y relaciones conectadas, amorosas y eso cambió mi vida.
Tus relaciones determinan tu presente.
¿Qué preciso para hacer yoga? Seguro muchos piensan que no pueden porque ni siquiera llegan a tocarse la punta del pie.
Si no llegás a tocarte la punta del pie, lo que más necesitas hacer es yoga, porque es lo que más te dará flexibilidad. Es como no ir al gimnasio porque no tengo fuerza. No, al contrario: quiero generar fuerza y por eso voy al gimnasio.
Quiero estar más fuerte, voy a entrenar; necesito más flexibilidad, voy a hacer yoga y no al revés.
En el libro, hay varios ejercicios iniciales y clases a las que se puede acceder de regalo.
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